lunes, 27 de julio de 2020

Aquella mañana…


Aquella mañana…

Aquella mañana del mes de febrero,

desde mi ventana vi cruzar un velero,

arrastraba una barcaza con un féretro de fuego.

 

Pavesas negras pavesas como estandarte de duelo,

con uniforme de gala cantaban los marineros,

una salve tan sentida que en nubes subió hasta cielo…

 

Navegó sin rumbo, a la deriva,

por tantos cielos como Dios ha creado,

un mar profundo fue su corta vida,

claridad eterna con el viento anclado.

 

Ruge el mar, las olas se desploman,

su dulce juventud se pierde en el ocaso,

flotando en el recuerdo, la vida asoma,

conduciendo nostalgias con hirientes pasos.

 

Si no ha sido más que un sueño la vida,

tal vez le llegue un amanecer a despertarle,

con lágrimas se curan heridas,

como aquella mujer que consiguió enamorarle.

Copyright © RTPI 16/2020/1580

 


2 comentarios:

  1. Este es un buen poema como la inmensa mayoría de los que tiene no cabe ninguna duda.
    Te felicito
    Eva Rocha

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  2. Eres un gran poeta, en verdad te lo mereces, tus poemas reflejan lo que tu alma siente, expresas con pasión todo aquello que a tu corazón sensibiliza y lo plasma con un lenguaje tan personal que sacas a gentes de su rutina.
    Has logrado en poco tiempo que muchas personas te reconozcan y te admiren.
    Con todo el cariño
    Un fuerte abrazo

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