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El vals del penitente
Vuelo
al el crepúsculo,
por
los rincones de la dicha,
cuando
una amenazante voz
desgarra
el horizonte.
Ahora
un murmullo desolador,
impregna
de melodías,
al
chirriante viento,
es
el vals del penitente.
Bailan
mis pensamientos,
te
amo, me duele el alma de llorar,
tú
no sabrás jamás,
como
mi corazón rebosa de ti.
De
tu aroma, de tu aliento
la
llama de tu ausencia,
llenó
todo mi cuerpo de lágrimas,
ahora
palpitan en el firmamento.
Las
sombras eclipsaron nuestras vidas,
a
ritmo de vals,
perdimos
la fe,
y
sin fe no hay retorno.
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16/2018/1470
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domingo, 28 de abril de 2019
El vals del penitente
miércoles, 24 de abril de 2019
Así es la vida
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Así es la vida
La
vida es un milagro,
que
mi madre me donó,
al
dejar el alma dormida,
dentro
de mi corazón.
La
vida muere de pena,
y
el alma siente alegría,
mientras
el corazón se agota,
suspirando
cada día.
La
vida dice a la muerte,
que
no siga caminando…
y
no te acerques a mí,
ni
despierta ni soñando.
Aunque
seas tú mi destino,
eres
sombra y yo soy sol,
tienes
el alma tan verde,
que
camino sin temor.
Cuando
se vive la vida,
yo
dejo morir las horas,
porque
siento que estoy vivo,
como
el árbol que deja morir sus hojas.
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16/2019/1187 |
domingo, 14 de abril de 2019
Me olvidaría
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Me olvidaría de buscar refugio,
donde el peregrino no sienta,
que debe seguir adelante.
Me olvidaría de aquel mar,
donde sus olas no sientan
que deben alcanzar la playa.
Me olvidaría de leer al poeta,
que no sepa que aflora su poesía,
de los amores que sueña.
Me olvidaría de pensar en lo que soy,
si mi conciencia no guardara mis
recuerdos,
¿qué sería de mi alma sin ellos?
Me olvidaría de la luna,
si no supiera que se esconde en el
silencio,
para seducir a enamorados.
No te olvides de que la vida muere
cuando nace el olvido,
es tan fácil hallar lo que aún no has
perdido.
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16/2018/1470
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jueves, 11 de abril de 2019
La línea del encanto
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La línea del
encanto
Nací sin estructura,
parece poco para un
bebé,
sin embargo obedecí
sin rechistar,
guardaba mi dolor como
un tesoro.
El pulso me subía
azotando mí cuerpo,
en mi memoria el
frágil horizonte,
marcaba el paso al
hombre joven.
Hasta la línea del
encanto,
donde una mirada
ávida,
te socava y te entrega
a otros alientos.
Sin temer al vértigo,
de perderme en su
cuerpo húmedo,
la eterna sed, me
lleva a ella,
¡un regalo inmenso!
Aquellas cumbres
desafiantes,
al deseo del
alpinista,
coronadas con aureolas
gloriosas,
donde el amor amanece.
El ansia sin límites,
hundieron mis sueños
una y mil veces,
en el oasis de su
vientre
donde crecen las altas
palmeras.
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lunes, 8 de abril de 2019
Construyendo sueños
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Aquella
noche mi mente alcanzó el cielo,
desde
el alto firmamento,
divisaba
su aposento,
y
vi como mi alma se impregnaba de su dulce caramelo.
Mientras
el mundo se agita
porque
nace y resucita,
a
su infinita mirada,
era
mujer deseada.
A
mí ya nada me importa,
que
mi vida fuera corta,
cuando
se trata de amar
hay
que recibir y dar
Su
imagen la llevo en mi pensamiento,
cuán
grande es mi fantasía,
latente
tentación alumbra mis adentros.
con
lúbrico embeleso, ingrata vida mía.
Cuando
su alma adorada quedó a mi sombra abrazada,
entre
destellos, retazos de presencia interrumpida,
aprisionan
a mi conciencia desalmada,
al
borde de la nada y de la vida.
Rodé
sin rodar de las cimas de sus relieves,
dejando
testimonio del amor, cayó la nieve,
somos
polvo de estrellas, escarcha y hielo
somos
aves mundanas sin plan de vuelo.
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viernes, 5 de abril de 2019
El amor cuando aparece
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El amor cuando aparece
El
amor ese extraño amanecer,
sin
articular palabras,
unos
corazones hablan,
de
las fuentes del placer.
El
amor cuando aparece,
te
eleva a las alturas,
prendido
de otro ser,
es
la flor de la locura.
Que
crece junto a tu vera,
sin
ninguna explicación
en
invierno es primavera,
cuando
canta el ruiseñor.
Son
amores que comienzan,
como
la aroma del viento,
llenando
todo el vacío,
con
el éxtasis disperso.
Un
discurso indescifrable,
con
encantos de mujer
aliados
insaciables,
a
las fuerzas del querer.
El
amor cuando aparece,
es
un canto a la alegría,
en
las curvas de tu cuerpo,
se
desnuda la poesía.
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martes, 2 de abril de 2019
Desvaríos
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Vino de más
allá del cielo,
con aires de
ángel victorioso
y solo era un
pobre peregrino,
perdido en el
limbo misterioso.
Caminaba
distraído,
con su azul
iluminado,
era el dueño de
la aurora,
con mi sombra a
su costado.
Dejó caer la
luz
como algo
natural
y el insomnio
que produjo,
silenció a la
eternidad
Entonces pude
ver su amanecer
no era un ángel,
era una atractiva mujer
coqueta y
soñadora…,
un átomo se
esfuma y la devora.
Me envuelve su
silencio
el perfume de
su cuerpo,
viajando por la
soledad,
busco en su
mirada, el azul del más allá.
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