lunes, 30 de abril de 2018

Labios sellados

Edvard Munch

Labios sellados,
sombras con piel de nostalgia,
desborda la sed en mi garganta,
cayendo en el vacío de mi alma.

Tormenta de lágrimas,
crecían en el cristal de su foto,
un laberinto de confusión,
donde mi corazón se ahogaba.

Rescátame si no muero,
solo el calor de tus labios,
me salvará de la agonía,
del infinito silencio.

Mi boca es un desierto,
déjame beber de tus labios,
bajo la lluvia callada,
en que te soñé.

Sé que hay otra mujer, lo adivino,
dibujaste el camino en mi piel estremecida,
deshabitaste mi vida,
reclinando la cabeza me sentí desvanecer.

Serpiente de cascabel,
¿si tus labios son tan sabios,
porque se mueren de sed?
te odio, mi venganza es un placer.
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viernes, 27 de abril de 2018

Era la bella Afrodita


Vi la sonrisa del mar,
en toda su inmensidad,
emergía de su oleaje,
el rizo azul del paisaje.

Me detengo en una playa desierta,
donde se esconde el amor,
allí se escapó mi cuerpo,
al sentir tu corazón.

Fue como viajar al cielo,
en la cresta de una ola
donde crecían los besos,
con pétalos de amapola.

Las gaviotas detenían sus vuelos,
para observar, el mayúsculo esplendor,
de espumas y de salitres
que ofrecíamos tú y yo,

Y las nubes envidiosas,
con sus ocres seductores,
se saciaban presurosas,
de nuestra sed de amores.

¡Ay! mi anhelo se marchita,
estando sumido en trance,
era la bella Afrodita,
con la que tuve el romance.

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miércoles, 25 de abril de 2018

Ave del paraiso


Apenas apareciste en mi vida,
quedé cautivo de tus ojos,
embeleso, soplo ardiente de tus besos
divinos, navegando por mi boca.

Van recorriendo el camino,
dos llamas que se desbocan,
ciclones entre algodones,
el secreto de la dicha.

Un resplandor de delicias,
se desnudan en tus entrañas,
campos verdes de caricias,
por los rincones del alma.

Olas trasparentes, juguetonas brisas,
navego en el mal azul de tu piel,
palpo tu sed, susurrando al viento,
ave del paraíso, ¡incéndiame!

Y nos anudamos desesperados,
mientras nos comíamos a besos,
siento la dicha en mi corazón opreso,
bajo el peso suave de tu cuerpo.

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sábado, 21 de abril de 2018

El diluvio pasa


Un entorno que la ahoga
del que intenta escapar tras descubrir,
la mano causante de su desgracia,
qué triste es malvivir sin esperanza.

En sus ojos rasgados azules,
un desolado acontecer,
turbulencias que inundan hasta los huesos,
no para de llover.

La opresión avanza, inflexible y hostil,
ella se niega al tormento,
cala en lo más profundo del sentir
no para de llover en el firmamento.

El diluvio vuela por mis sueños
gritan los recuerdos en la carne abierta,
no es de día ni de noche
son los rayos que no cesan.

El diluvio pasa noctámbulo castigando en exceso,
ahora está fuera de mi,
quisiera dejarle claro a la lluvia  y al viento,
lo nuestro nunca existió, ni estuvo en mi pensamiento.
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miércoles, 18 de abril de 2018

En el cielo es primavera


Fugaces nubes arreboladas,
levitan por los campos del cielo,
florecen con el aura del misterio,
sobre fecunda tierra.

Una  epopeya que la galaxia espera,
el cielo vestido de azul impoluto,
de rosa la bella esfera,
el amor dará sus frutos.

En el cielo es primavera,
porque Abril se ha encendido,
con esa pasión primera
gloria a los redimidos.

Clamor, al regresar a la tierra,
tenebrosa oscuridad,
espíritus de la guerra,
el llanto vuelve a brotar.

De pronto viene el día del ciprés encorvado,
a la luna triste, la noche la borrará,
se fue el amor más elevado,
cual pasión primaveral.

Un alma palpita encendida,
consumiendo mí frío interior,
se quedó mi vida en tu vida,
ese alma madre tierra soy yo.

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domingo, 15 de abril de 2018

El ascensor


No era la primera vez que me quedaba atrapado en un ascensor, pero hoy sentía miedo, las puertas se cerraron a mi espalda con un sonido raro y a continuación las luces se apagaron, el ascensor siguió su camino y al cabo de un breve espacio de tiempo se paró, entonces comencé a sentir que había alguien a mi alrededor, su respiración estaba muy agitada,  por un momento pude notar que temblaba de  miedo, de pronto me agarró fuertemente, hubo un largo silencio y entonces gritó ¡¡socorro!!, ¡¡socorro!! mi marido me mata si llego tarde a casa, sospecha que tengo un amante, pero no le pongo los cuernos.
¿Quién eres?, bueno da igual, ¡abrázame fuertemente y hazme el amor!, un ofrecimiento como este no lo hago todo los días, si no me haces tuya pensaré que no eres un hombre de verdad..., al oír estas palabras se me heló el corazón, era lo mas sorprendente que había escuchado en mi vida, hubo un silencio al que siguió otro..., entonces desde fuera comenzaron a forzar las puertas del ascensor.


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jueves, 12 de abril de 2018

La lujuria


El alma de una mujer
la lujuria de un cerebro,
que no la puede tener.

Con los grises de la tarde
la noche devora al día
llega una noche que arde.

Incontrolable vacía,
la lujuria es exceso
si el amor está unido al sexo.

La lujuria de unos labios,
que me incitan a pecar,
es como el cauce de un río,

Crece con la tempestad
en tu bosque amoroso,
me perdí junto a un volcán,

Del infierno que arde en mí,
cuando tu cuerpo se excita,
y al mío lo hace vibrar, suplicando

de rodilla, mi alma en tu cielo brilla,
como una dulce tortura,
que se encadena a tu altura.

El amor baja a los suelos,
y los temblores de tierra
me liberan del anzuelo.

De tu insaciable morada
hay un clamor sin piedad,
los sentidos agonizan,
en fugaz eternidad.

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viernes, 6 de abril de 2018

Conozco


Conozco el resplandor que flota en mi alma,
voces que se pegan a los labios,
hierros rojos de pasión
que desafían al fuego y te desalman.

Conozco a la rosa suave que brota en primavera,
hoy llena de colores mi poesía,
la dulce rima que al verso espera,
en el altar de la luz y de la sabiduría.

Conozco los peldaños de la sombra,
la boca del miedo, su flecha certera,
la muerte que asombra,
la negra pantera.

Conozco los sueños que queman al sol,
rostros permeables de lágrimas llenos,
caminos helados al mar del formol,
la máscara azul, que calla a los truenos.

Monstruos amarillos,  amores con alas,
en la noche oscura,
benditos tesoros que la luz procura,
errantes amores que apagan bengalas.

Conozco a los lirios que ultrajan,
son ríos de fuego, diabólicas ratas,
¡ay! de las mariposas que duermen,
su dulce embriaguez anhelos que matan.

Ladridos de perros, hijos de la trata,
vivirás mañana con la sombra erguida,
con funesta cara tras una ventana,
de alegre tristeza en clausura hermana.
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