Canino de la nostalgia

Camino de la nostalgia

Camino, camino…

camino descalza,

las noches son ciegas,

ciegas de nostalgias.

 

Los floridos desengaños,

de una primavera loca,

resucitan el camino,

que me llevaba hasta tu boca.

 

Quizás sea también amor,

unos ojos de esperanza,

cálidos charcos de luz,

cuencos de dulce semblanza.

 

Cuando la noche se apaga

los rescoldos aún aguantan

y se expanden las cenizas,

devorando mi garganta.

 

Embriagarme del olvido,

un infinito dolor,

se alimenta de mis dudas,

errantes, como la luna y el sol.

 

Camino, camino, camino descalza,

lanzando al viento, golpes de campana,

que apaguen el fuego, que arde en mi alma.

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Besarte

Besarte

Del enigma de tus ojos,

hay que enamorarse,

y de tu mágica boca,

el encanto me asombra.

 

Es como un sueño que sin entenderlo,

me muestra sin piedad alguna,

el misterio que provoca,

 --besarte--

 

Cuando pego tus labios a los míos,

un oleaje de deliciosa locura,

por mi corre igual que un río,

la mente calla y el corazón se entrega.

 

Cada sueño es el mismo,

busca en tu verde tierra,

raíces de ciegos deseos,

para encarcelarme a tu boca.

 

Son tus noches sin puertos,

el aceite que humedece la hoguera,

para perderme contigo,

en un mar de sensaciones nuevas.

 

Preso de ti, de un sueño ahogado,

en la cárcel de tus labios, princesa,

entre los temblores de besos encadenados,

bebo ese licor que a mí me embelesa.

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El orificio de la imaginación

El orificio de la imaginación

La poesía es la esencia misma,

que gotea del subconsciente,

la llave maestra del orificio

de la imaginación.

 

No está en mi horizonte,

aunque mis ojos la ven caminando,

por mi torso desierto,

sobre el que se podría cocinar el amor.

 

Cuando llega la noche me devora el tiempo,

el aire cobrizo recién barnizado,

trasmite un seductor misterio,

tanto que amanece en estancias oscuras.

 

Los pensamientos se desvanecen,

al verme solo,

el silencio se renueva,

cuando las ardorosas cigarras callan.

 

Es mi alma un río que brilla,

antes de convertirse

en un mar de escamas,

amarrado a la luz del agua.

 

Aun así la imaginación sigue inclinándose,

hacia los campos de girasoles,

fuentes de inspiración, círculos de sabiduría

que derraman luz a la humanidad ciega.

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La memoria del olvido

La memoria del olvido

Con el frío de la noche,

siento el latir de tu pecho,

en esa memoria herida,

que se esfuma con el viento.

 

Te quedaste enredada,

en una idea sin rosto,

un torbellino de sombras,

tálamo de un sueño amorfo.

 

Solo el clamor de las olas,

del desnudo pensamiento,

pide abrigo en mi alma

cuando bebo tu silencio.

 

Quiero acariciar tus sienes,

para abrir bancos de nieblas,

hemisferios que contienen,

el vacío de las tinieblas.

 

Desnuda está la alegría,

en las recias madrugadas,

atrapando los recuerdos

de las sombras de la infancia.

 

Vuela como mariposa,

despertando del olvido,

para salir al encuentro,

de misterios escondidos.

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La mentira

La mentira

Cuando la mentira huye,

porque el desprecio la agobia,

será porque gente honesta,

la borran de su memoria.

 

Si te agota tanto peso,

huye de la vanidad,

de las nubes de embeleso,

que invaden tu libertad

 

El silencio es testigo,

que no desprecio a mi hermano,

aunque sea el falso amigo,

que me lleva de la mano.

 

Esclava de la mentira,

contaba del mar la arena,

juego que el mundo admira,

cuando el amor se envenena.

 

La calumnia se desnuda,

acariciando el silencio,

con la llama de la duda,

agita los sentimientos.

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Ella es…

Ella es…

Ella es sagrada armonía,

el amor que nunca falla,

ella es oasis de fuego,

fuente que nutre mi alma.

 

Ella es la fruta prohibida,

jugosa imagen del alba.

la que viaja por mis sueños,

cuando el insomnio me abraza.

Ella es música celeste,

cuando la noche se apaga,

ella es la voz del silencio,

cuando faltan las palabras.

Ella es la fresca brisa,

bajo la noche estrellada,

la hoguera de los deseos,

bajo la luna de plata.

 

Ella es puro latido,

cuando la ansiedad me alcanza,

quiero morir en su piel

quiero mi tumba en su alma.

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Después del amor...

Después del amor…

Después del amor viene el silencio,

un instante tan sublime,

que entrelaza nuestros cuerpos,

el fuego baila por dentro,

quién sabe si en lo profundo,

ese amor ocupa el nuestro.

 

Aquel amor me dejó,

un instante de felicidad,

y jamás regresó

a recoger su etérea fragancia.

 

Su ausencia es tan real

que tiembla todo mi cuerpo,

y con solo recordarla,

siento, hasta el sabor de sus besos.

 

Ilusiones de la mente,

ennoblecen el misterio,

se abre un camino invisible,

sobre huellas del tiempo.

 

Aquel instante sublime

se evapora de mis sueños,

aquel batir de las olas,

cuando rompen en el puerto.

 

Desapareció, después del amor,

escondiendo su alma entre mis labios,

para que su alegre luz,

alumbrara mi existencia.

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