Aromas de nostalgia

Aromas de nostalgia

Cuando las horas oscuras

se disfrazan de silencios,

hay aromas de nostalgia

que vacían el pensamiento.

 

El corazón se ha dormido,

en el ocaso del tiempo,

y mi alma se despierta,

golpeando en mí pecho.

 

Y muy sigilosamente

una música de fondo

va creciendo de repente,

deleitando los sentidos.

 

Una gozosa ventura,

nuestros cuerpos abrazados,

vibrando en la noche oscura.

 

Quisiera alcanzar el cielo,

atravesando silencios,

hasta avistar el amor,

desde el alto firmamento.

 

Pon tu boca en mi boca,

para que sientas mi alma,

como un éxtasis de luz,

bajo la noche estrellada.

Copyright © RTPI – 16/2022/3061

 

Quiero

Quiero

Quiero que abraces mi alma,

con sutil delicadeza,

para elevarme sin alas,

y contemplar tu belleza.

 

Quiero regalarte el cielo,

para que lo pintes con tus labios rojos

pero siento que tengo miedo,

de ver tan cerca tus celestes ojos.

 

Quiero vivir,

para ver la dicha en tu profundo cielo,

y quererte hasta sentir

como se acuesta el alba, hurtándome el sosiego.

 

Quiero acariciarte con tumultuoso anhelo,

la ansiedad me mata,

mientras espero, empapado de fuego

la sombra del recuerdo se desata.

 

Quiero amanecer contigo,

hasta que un millón de veces la aurora salga,

para que el amor siga vivo,

cuando la dicha te habla.

 

Para alcanzar nuestro anhelo,

la luna bajó del cielo,

y capturó nuestro gozo,

un irreductible te quiero,

con destellos luminosos.

Copyright © RTPI – 16/2021/9535

 

 

Al mirarme en el espejo

Al mirarme en el espejo

Hoy, al mirarme en espejo,

vi, como venía de lejos,

un desnudo resplandor,

tras aquel cielo nublado,

la lejana adolescencia,

la luna se la llevó.

 

Me deja sin luz,

soy espejo roto,

suspirando bajo mi carne,

un amor fugaz,

que abanica mi pena,

disfrazando mis cicatrices.

 

Recuerdo que me besaba,

con infinita ternura,

nadie sabe porque fue,

aunque sus labios dijeran,

que era angustia de un querer.

 

Al final de las caricias,

una cautiva mirada,

una llama agonizante,

donde el mundo se acaba,

el mar con sus frescas olas,

fue abandonado mi playa.

 

Al mirarme en el espejo,

una voz me susurraba,

quiero una historia contigo,

y sentí como mi sangre

en sus venas destellaba.

 

Unos labios celestiales,

me provocan, huelo su aroma

y sus  voraces nostalgias,

una nocturna ansiedad,

cuando la pasión se apaga.

 

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Ecos que resuenan

Ecos que resuenan

Aún recuerdo de tus labios, las palabras,

que no me dejan dormir,

ecos que resuenan,

en la invisible memoria del corazón.

 

Me aferro a tu amor apasionado,

a la dicha de sentirme, saboreando

las palabras de tus labios,

los matices del amor cuando te beso.

 

Tus vocablos se deshacen en mis labios,

y arden como líquido inflamable,

por mi desbocado cuerpo,

mientras el dolor suspira en mi carne.

 

Recuerdo cuando me dijiste,

que lo nuestro se acabó,

aunque siempre me expresaste,

que era mío tu corazón.

 

Me diste un beso que me supo a traición,

te miré a los ojos, y esa viva llama,

que antes había, huía de sí misma,

como muerta brasa.

 

Es tan oscuro el silencio,

que otro silencio lo calla,

mi corazón solo escucha,

el eco de tus palabras.

 

¡Ay! tengo tantos recuerdos,

que ya no puedo soñarte

dentro de mi pensamiento,

digo tu nombre en silencio,

y salta mi corazón como pantera al acecho.

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Llámame!!!

Llámame!!!

Llámame

si me necesitas,

llámame!!!

 

No mires en el pasado,

el color de la alegría,

hoy tus ojos empañados,

de tristeza, vida mía.

 

Tu silencio me asusta,

los recuerdos se apagan,

resplandores de angustia,

en tu alma callada.

 

Llámame!!!

Te busco entre mis sueños,

y no  recuerdo tus labios,

la fantasía es el ensueño,

que me invita a vivir ilusionado.

 

Deja a esa imagen muda,

que se ahogue en su hoguera,

estás temblando desnuda,

mi rosa de primavera.

 

Llámame!!!

la vida será emoción,

cuanto tus labios me nombren,

florecerá la ilusión,

y hará que de amor, te asombres.

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Estructura vegetal

Estructura vegetal

Era tal su obsesión por el trabajo que permanecía en su despacho día y noche,  su compromiso con la profesión le llevó a echar raíces, después vinieron los brotes verdes, pero necesitaba un toque de color para esa flor nacida allí, no solo para que el mundo la viera, sino también para que un día, con su experiencia cristalizara en fruto.

Por fin había conseguido sentirse realizado y así romper la monotonía cadente de su silencio.

Con su verdoso traje volvió a nacer lleno de energías en la luz de otra piel.

Ahora sí, su estructura vegetal comenzó a desprenderse de las hojas muertas, de su pasado otoño, descubriendo la libertad que se siente al volar, a través de una bocanada de recuerdos que hoy ha experimentado.

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Un resplandor de luna

Un resplandor de luna

A veces tengo visiones,

veo a un resplandor de luna,

en las tinieblas oscuras,

donde asedian las pasiones.

 

Se abre paso entre las brumas,

hasta que rasga su velo,

sangre en desierto de espuma,

cuyo nombre es desconsuelo.

 

Sació su sed con dolor

y su febril pensamiento,

le devoró el corazón

sin ningún remordimiento.

 

No hay palabras en su voz,

ni consuelo en su dolor,

la oscura profanación,

turbadas sombras trajeron.

 

Aquel resplandor de luna,

aún en su pecho arde,

no fue la diosa fortuna,

mensajera del cobarde.

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Aunque era primavera

Imagen captada de la red

Aunque era primavera

Aunque era primavera

el amor se marchitó,

con la sonrisa en los labios,

me dijo hola y adiós,

y que ya no volvería,

¡qué ironía! como podía decir,

que solo a mí me quería.

 

Y se fue como si nada pasara,

me miró y sin pensar, dijo:

¡Te deseo mucha suerte!

y me hirió de tal manera,

que aunque era primavera,

el amor se marchitó.

 

Aunque ha pasado el tiempo,

los sonidos del silencio,

resucitan el amor,

y con mis ojos ausentes,

el ébano de su vientre

subleva a mi corazón.

 

Con el duelo de mis versos

la espiral de mi cerebro,

ya no me deja pensar,

la tristeza se desata,

alumbrando soledad.

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