Como una luciérnaga

Fréderic Bazille
Como una luciérnaga

Fue algo increíble,

cuando la vi me quedé sin respiración

saltó mi corazón, y aspiré su aroma,

el tiempo se paró al instante,

No quería que aquel placer terminara,

una extraña sensación agarrota mis manos,

¿cómo dibujar la sonrisa de su atrevida mirada?.

las palabras me arrastran, era tan bella su luz,

Que rompía los hilos de la dicha,

la siento tan cerca como el fuego de su gloria,

mis sentidos la desean y mi sangre efervescente,

me impulsa a la región bendita de su encanto.

Fue como descubrir una luciérnaga,

en la densa niebla,

siento su voz que vibra en mis labios,

buscando puras emociones.

Fue tan fuerte la ilusión,

que perdí hasta la visión,

de aquellos sueños prohibidos,

ese latir para de nuevo sentir.

Un suspiro empapado de sus besos,

lanzo al aire mi anhelo,

¿cómo dibujar su cielo?

si mi alma se muere de embeleso.

Copyright © RTPI 16/2018/1470

El fuego del otoño

El fuego del otoño 

Amanece ocre el día,

ese aire de nostalgia

lleno de melancolía,

que va extendiendo su magia.

Una fuerte campanada,

va deshojando el otoño,

¡Ay! tu alma ensangrentada,

la devoran los madroños.

Sin verte te siento,

tan sutil como la nada,

con voz clara y sin aliento,

se desnuda la alborada

Hoy soñé contigo

volvía el fuego del otoño,

por las calles desiertas de tus pupilas,

¡cuánta belleza en tu corazón dorado!

El otoño que mora,

cobijado en tu pecho

en su última aurora

ha dormido en mi lecho.

Pienso poner remedio a mi fantasía,

el otoño es adicto al enamoramiento,

ese abúlico embeleso que lo guía,

tiene poder y energía y acaricia mis adentros.

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Los otros

Los otros

Van y vienen, los he visto,

rara vez no me recuerdan,

y aunque yo no les recuerde,

porque perdí la memoria.

Sus sonrisas apagadas,

encierran, amargo limón,

y una extraña sensación,

les jode que no sienta nada.

Y sea espectador silencioso,

por mucho que vociferen,

nada les asusta más que pensar,

en la verdad abrasadora.

Van a entrar en el mundo,

de los desheredado,

y eso es real y jode,

hubiera jurado que tiemblan de miedo.

Saben de mi curiosidad

pero creen que estoy,

en el mundo de la paz y de la calma,

adivino cuáles son sus pesadillas,

El infierno les espera,

se tumban a golpes,

para quitarse el hambre de encima,

nunca dejaran de pelear…

Se me encoge el corazón

sus sonrisas apagadas,

segregan, amargo limón.

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Siempre a ella encadenado

Siempre a ella encadenado

Cuando el ser está angustiado,

la imaginación navega por las heridas,

que a lo largo de la vida agujerearon el alma,

sanguinarias fantasías de dolor no contenido.

Imagínate aullidos, ahogados en los lamentos,

como esos golpes de viento,

que son sombras del pasado,

una corona de espina siempre a ella encadenado.

Un sentimiento me oprime.

no me deja respirar,

no sé si ella me quiso,

o tal vez yo no la puedo olvidar.

Sus ojos no son ingenuos,

son crueles, con lágrimas de maldad,

sin embargo la quería,

y lo debo confesar.

Un día me sorprendió

volvió el gozo a nuestro hogar,

yo lo esperaba, lo digo antes de acabar,

dentro de mi alma llora, llora de felicidad.

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Rendirse sin condiciones

Debajo de mi piel vive el misterio, hablo por experiencia propia, cuando observo en otros algo que no me gusta, incluso lo rechazo, estoy admitiendo de alguna manera que eso que me disgusta de otras personas existe dentro de mí.

Todos tenemos nuestro lado oscuro aunque aborrezcamos a nuestra propia sombra.

Los demás me devuelven lo que yo doy.  Nuestra forma de pensar y de comportarse cambia, cuando nuestra realidad lo hace.

Quien no se ha sentido perdido alguna vez y has tenido la gran suerte de conocer a una persona que te ha cambiado la vida, con ella has aprendido a hacer cosas que desconocías que sabias hacer, a tener una visión más amplia de tu propia realidad, incluso sucede que te enamoras de ella.

Cuando esto ocurre estamos proyectando una imagen de nosotros mismos a otra persona, es como una pantalla de cine donde se reflejan nuestros propios sentimientos.

Una experiencia increíble por la que permitimos a otra persona que tome el control de nuestro cuerpo y de nuestra mente, porque nuestro corazón se ha enamorado y ha cambiado el ritmo de latir, a esto se le llama rendirse sin condiciones.

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Tengo sed

Blancas nubes preñadas de vida,

recostada en los brazos de tu piel,

por los ríos de las venas está la herida,

del manantial cristalino de tu sed.

        

Sed porque tu río confluya con el mío,

con fresca fuerza de tímido arroyuelo,

para que inunde mi ser y mi vacío,

y se detenga mi vida a la sombra de tu anhelo.

Me pierdo en la sed de tu ausencia,

en las noches que estalla el corazón,

pasión tan llena de inclemencias,

que arde en deseos por tu amor.

Tengo sed, sed de amor de marineros,

que te aman y se van,

y no aparecen jamás.

amor fugaz como una estrella en el cielo

Tus labios mi sed provoca,

cabalgando en tus latidos,

mi corazón se desboca,

hasta perder los sentidos.

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Necesito ser tuya

Necesito ser tuya,

que tus raíces pueblen mi alma,

y que tú sabia florezca en primavera,

y vuelva a ti rendida porque te amo.

Quiero ser única en tu vida.

y si me rechazas me iré lo más callada,

soñando con tu imagen,

aún me siento toda tuya.

Desnuda y sin aliento,

me siento atraída,

por la aurora que apunta,

a mi amorosa herida.

Se empapa mi tierra de ti,

siento que mi sangre se agita,

y a mis entrañas llega,

un mar infinito de pasión.

Un mundo de fantasías inimaginables,

me invaden hasta quedar rendida,

mi corazón te adora,

como mi surco a tus semillas.

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Tengo que ocultar...

Besos tiernos son eternos,

nacen en el paladar,

y aunque me muera por verte,

no me vale recordar.

Ese amor tan misterioso

que un día me hizo dichoso

bajo tu amparo y calor

lo sacaré de mi mente y también del corazón

Tengo que ocultar,

soy un alma desolada,

por la nostalgia pasada,

sin ánimo por luchar.

Cuantas veces he soñado,

con la dicha de tenerte,

y volver la vista atrás,

tengo que encontrar…

placeres resucitados,

sin sentirme desgraciado,

y volverte a venerar,

el amor todo lo puede…

como podría olvidar,

lo que contigo he sentido,

y me siento satisfecho,

de haberte seducido.

Tengo que ocultar...

algún fugaz amorío,

que me dejo indiferente,

y mi boca nunca miente.

Fuiste mía la noche aquella,

eras la mujer más bella

y también la más dichosa

¡amaste como una diosa!,

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