viernes, 22 de noviembre de 2019

Ella era, ¡bellísima!

Ella era, ¡bellísima!
Acuérdate de olvidarte,
de aquellos campos de trigo,
que regaban las mañanas,
las de nuestro amor furtivo.

Aún recuerdo como era,
ella era, ¡bellísima!
era el canto del viento,
la brisa de la mañana

Era azulada armonía,
como el arrullo del agua,
era amor y era dulzura,
que me enciende y que me abrasa.

Ella era, un soplo de Dios,
para vivirla y amarla,
alborotando el silencio,
que encadenan nuestras almas.

Ella era, pura fantasía,
que la mente recreaba,
pues se llevaba mi esencia
al crepúsculo del alba.
Copyright © RTPI 16/2019/1187

3 comentarios:

  1. Amor y sensibilidad son la esencia de tus versos.
    Genial amigo poeta.

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  2. Tus versos son hermosísimos, la belleza brota en cada uno de ellos, donde ella lo es todo y sobre todo es poesía.
    Felicidades y un fuerte abrazo

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  3. A mi el poema me encanta, tu poesía ensalza la belleza a la mujer de una manera destacada y es en el alma donde las sensaciones que produce el amor,son como un soplo de Dios
    Gracias amigo

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