Mi parque

Qué bonito era pasear por mi parque,  toda una atracción , siempre tan animado, mirabas por aquí o por allá : !Oh¡ que belleza de chica,  que alegría tiene en su cuerpo,  que elegancia en sus andares y hasta sus gestos son hermosos, los abuelos sentados en los bancos se les caía la baba, los pájaros revoloteaban entonando suaves melodías, el encanto y el embrujo se apoderaba del todo bicho viviente.

Por el centro del parque circula el agua por pequeños lagos comunicantes para terminar en otro más grande donde una cañón de agua hacia las delicias de los viandantes.

Allá un grupo de chicos tomaban fotos, concentrados como artistas buscando el alma de tan hermoso jardín.

Una pareja hablaba en voz alta, él se quejaba de que nunca podía dormir bien, que la última  vez que lo hizo a conciencia, coincidió con un concierto de música celta.

Una mañana fui a pasear y noté mi piel erizarse, la escena que aparecía ante  mis ojos era fantasmagórica de pura alucinación, (excavadoras, serradoras, tractores y camiones), habían devastado mi parque, ¡que desastre ecológico! ¡qué desolación sentí en mi corazón!,  un ataque de pánico se apoderó de mí.

Mi parque estaba lleno de gentes disfrazadas de verdugos, demonios sin escrúpulos, con licencia para matar a la humanidad, con estos pájaros de mal agüero, solo queda el silencio.

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