Esa amarga despedida

Estoy hablando de amor,

y tú callas al silencio,

pero no callarás nunca,

al amor que yo te tengo.

                      

Apenas te veo,

te busco en mis sueños,

me atrapa la noche

soñando despierto.

Me veo en tu alcoba,

te miro y me muero,

aunque no eres mía,

eres la que quiero.

Acaricio cada rincón tu cuerpo,

a tu boca fría,

le he robado un beso,

la noche me mira con ojos abiertos.

Tan profunda es la herida,

que nunca podré culparte,

de esa amarga despedida,

quizás no supe amarte.

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Entre dos aguas

Nacimiento del danubio

Amó tanto y tanto a la poesía,

que si no encuentro las rimas algún día,

moriré entre versos sin notas de alegría,

y agotado el corazón y el alma mía.

Como volcán rugiente la poesía

del fondo de los mares resurgía

tan llena de esperanza e ilusiones,

para bañar con rimas los turbios corazones.

Llegó la inspiración los brotes verdes,

la larga espera,

la gran naturaleza hurtó la primavera,

la belleza de embellecer no vuelve.

De aquel cielo espléndido y hermoso,

que agota los últimos fulgores,

los ángeles se mueren de alborozo

en aquel invierno de gélidos albores.

Recuerdo aquellos días,

rotando por la mente eternas fantasía,

la mágica ilusión del verso que no olvida,

entre dos aguas el soplo de la vida.

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Alucinación

Cuando sueño contigo,

mi cabeza reposa,

en tu valle de rosas,

caracola que suena en mis oídos.

Tu rostro se ilumina,

y hechiza todo mi ser, 

el tiempo me mete prisa,

para volverte a querer.

Y hasta el alma se me inclina,

hacia el mar de tus caderas,

desde tus bellas colinas,

siente tu cuerpo y no espera.

Noche de suspiros,

crece el desaliento,

por más que me estiro,

no encuentro el momento.

Si tú no tienes la culpa,

y yo tampoco la tengo,

puede ser que mi diablillo,

esté metido en tu cuerpo.

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El desnudo otoño

Asoma el otoño frío,

de colores grises,

de embriagador rocío,

                       y coloreadas narices.                         

Al otoño hay que mirarlo,

como al sol, entornando los ojos,

pues viendo tanta belleza,

te puedes quedar ciego.

Diáspora de hojas en cascada,

pasajeros con alas,

de opulentos matices, destellan

en la sombra verde de su lecho.

La belleza habita,

en el lienzo encendido del otoño,        

abanico de colores que imprime el crepúsculo,

flamígero horizonte que apaga al colorido bosque.

Los pájaros emigran empapados de belleza,

también por el horizonte vuelan nubes grises plañideras,

mientras el dormido bosque se deshoja,

en sabanas de hojas que arropan al desnudo otoño.

Autor: Nico Pozón 14.10.2015

La noche duerme

A la noche le puede el sueño,

sus ojos tiemblan, está parpadeando,

no hay estrella que no la esté mirando,

parecen hipnotizadas.

Yo me pregunto reflexivo,

¿con quién estará soñando?,

¿su corazón está dormido

o está despierto observando?

Soy huésped fugaz,

en las raíces de sus sueños,

un rayo escapa de su cabello negro,

su cuerpo asombra.

Como humano me quedo sin aliento,

contemplando sus ojos de fuego,

dentro de una ola infinita,

que en silencio me abraza.

Fecundando la brisa de sus playas,

el sueño se deshizo,

el placer cumplió su compromiso,

deshojando los granos de arenas.

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Futuro Imperfecto

El que quiere ser perfecto

trauma de la imperfección,

entre enfado y frustraciones,

cree siempre tener razón.

                          

Como férvido torrente,

hombre de lodo sin fuerza,

se lo lleva la corriente.

Enfermo, siempre irritado,

manifestando su enfado,

como el gas que se disipa,

y allí queda retratado.

Llora y muerde,

el futuro que se pierde,

su tardío arrepentimiento,

consume su último aliento.

Adiós pastor infeliz,

que te vas a toda prisa,

sin duelo por ser tan vil,

horrorizan tus cenizas.

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La granada

Sangre y fuego de pasión,

con fulgores cristalino,

su cuerpo, un laberinto de amor

con unos senos divino.

Ya va vestida de otoño,

con traje de fantasía,

sus labios color madroño.

al crepúsculo fue mía.

Aún recuerdo aquel encuentro,

en el panal de su ser,

embriagando mis sentidos,

con sus granos deliciosos, fue un placer.

Aquella sensación de lascivia loca,

que mí agitado corazón sintiera,

estalla en mis labios y en mi boca,

allí por vez primera.

La granada es corazón,

que ennoblece nuestros campos,

es la diosa de amor,

la gran hada del encanto.

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