Un ave celestial
La vida se resiste a la muerte, pero el tiempo la encarcela
en el instante trágico en que va a morir. Después el ser humano se integra en
el mundo cósmico.
Allí nacen cada mañana sorprendentes estrellas que
despliegan sus alas en el suspiro eterno.
Hay un rumor de vida, cuando dos estrellas se
enlazan, proyectando un nuevo cuerpo.
De ese encuentro tan lúcido, tan fecundo, brotó la
estrella que yo busco, tan bella que hasta el ocaso se apaga, destellando
besos.
Ella era la plenitud, un ángel llena de luz y de
vivos deseos, su incandescente amor hace que estalle la primavera en mi
corazón, aleteamos como mariposas entre sinfonía de cigarras.
Su alegre espíritu se insinúa con cálidas metáforas
y en tierna danza, acercamos nuestros cuerpos desnudos, me hundo en su boca,
cierro los ojos y siento que mi sangre viaja a un cielo prometido, mientras la
tierna criatura palpita, tan llena de fulgores, que su amor preside mi dicha.
Corre mi esencia hasta el fondo de su cáliz, como
una lumbre sin tregua que te llena el alma.
Al unísono dos insaciables cuerpos, se llenan de
amor, bajo un cielo que controla a los espíritus de fuego y sentencia con el
paraíso o el infierno.
Un joven desnudo huía deprisa con el tiempo en el
último suspiro, aún respiraba cuando un ave celeste derramó su luz, bañándole
con su néctar, incorruptible y eterno.
Copyright © RTPI – 16/2023/1053
Bello relato, rebosante de sentimientos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Jose A. de la Cueva
La emoción que transmite este relato y la sutil y magistral forma de explicar una relación amorosa, esta a años luz de las narrativas incluidas en lo adorados éxitos musicales actuales. Nada que ver.....
ResponderEliminarNico felicito tu forma de expresar amor y sensualidad.
Mil gracias por tu palabras mi querido amigo Vicent. Evidentemente el amor lo expresamos cada un de distinta manera. El amor es como un instante sagrado , tan ansiado que hasta el alma enardece, esa sonrisa soñada, la certeza de quererte. Una locura.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo