viernes, 15 de noviembre de 2024

Si te he visto no me acuerdo


Si te he visto no me acuerdo

Lo que leo en tu mente,

son palabras de dolor,

nubes negras de amargura,

que empañan mi corazón.

 

No quiero pensar en ti,

ni leer tus pensamientos,

se te ha secado el alma, 

tu ardiente fuego ha muerto.

 

Veo caer las hojas secas

del jardín que era tu cuerpo,

dentro palpitan las piezas,

al ronco crujir del sueño.

 

Heme aquí frente a ti,

con una angustiosa calma,

como si tu ocular misterio,

lo descifrase mi alma.

 

Veo en tus ojos oscuros,

como se refleja el miedo,

una muerte anunciada,

que se esconde en el silencio.

 

Respiro hondo, respiro,

al compás de un dulce vuelo,

una oscura golondrina,

se trasparenta en mi cielo.

 

Parece que huye callada,

quiero olvidar su recuerdo,

mi otoño es primavera,

si te he visto no me acuerdo.

Copyright © RTPI – 16/2023/1053

 


 

martes, 12 de noviembre de 2024

Los ojos del pensamiento


Los ojos del pensamiento

Tu imagen es un espejo

que me invita a la calma,

sin embargo tu reflejo

revoluciona mi universo.

 

De alguna manera la imagen

que me mira, ha sido capaz,

de leer en mis ojos,

las contradicciones de mi pensamiento.

 

Me mira fijamente

y con sus encendidos labios

interroga a mi corazón,

sabe elegir el momento,

para hacer preguntas,

y recuperar respuestas,

de aquellos espacios en blanco

que dejaron lo bueno por conocer

y lo malo por conocido,

sin tener nada que ver,

tienen el mismo sentido.

 

Que misteriosa es la imagen de un espejo,

imagen de color carne,

tentando a su amado reflejo

a fundirse en un abrazo,

mientras en su pecho daba,

aletazos de celos la luna nueva.

 

Ahora volcado sobre ella,

instantes vivos en su cuerpo crecen,

para dar paso a la alborada de su vientre,

me llena de inquietud ver,

que está poblado de ascendencia.

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sábado, 9 de noviembre de 2024

Aquella primavera


Aquella primavera

Aquella primavera

con sabor a inocencia,

salpicaba a mi cuerpo

con sus efervescencias,

vibraba el amor,

y se instalaba en mis huesos,

con todo su candor.

 

Y como un sueño nuevo,

la fantasía camina,

como el canto del grillo,

cuando llega la noche,

un tormento sin nombre.

te susurra al oído.

 

Déjame caer en la tentación,

y una mágica brisa,

con su dulce sonrisa,

besa mi boca y la sed se me apaga,

y aquella primavera loca,

que agitaba los pulsos de la vida,

del corazón es eterna cautiva.

 

Al escribir con pasión,

reverdezco el amor,

le digo a mi alma que piense,

si muero sin conocerte,

no he vivido tu amor inocente,

ese amor prohibido,

escondido entre risas y sonidos.

 

Déjame caer en la tentación,

clamaba mi corazón,

ella me observa,

como Venus victoriosa

una mujer tan hermosa,

el espíritu llena.

 

 

Un estallido de vida, se cuela,

por esas líneas prohibidas,

donde caricias y besos,

pronto fueron el universo

que giraba en torno a mí.

 

Sin darme cuenta,

fueron pasando los años,

arrugando mi perfil,

la primavera se fue,

marchitando el mes de abril.

 

Hoy mi divina inconsciencia,

te busca, con la esperanza,

de que abras a la vida,

el gran amor que me asalta.

 

Y es el viento, la abeja

que invade mi pensamiento,

con el ardiente deseo,

de encontrar la bella flor,

para descargar su polen

en el panal del amor.

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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Vestido con nueva luz


Vestido con nueva luz

La vida no muere,

su resplandor,

vive eternamente.

vestido con nueva luz.

 

Es cruel perder el cuerpo,

cuando en tus ojos la dicha,

a mi sangre aceleraba,

y los más vivos deseos,

al tocarme se avivaban.

 

Mis ojos se apagaron,

cuando el amor florecía,

cuando el ruiseñor cantaba,

a todas horas del día.

 

Cuando llegaba la noche,

los delirios navegaban

y aquel resplandor de luna,

desnudaba las miradas.

 

El gozo se desvanece,

de la cabeza a los pies,

y aquel fluido divino,

por el que corre la vida,

me dio un nuevo amanecer.

 

Ahora todo en mí está muerto,

que perversa desventura,

como si yo fuera otro

vestido con nueva luz,

una divina locura.

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domingo, 3 de noviembre de 2024

Noviembre


Noviembre 

Es el viento el que deshoja

las sonrisas del otoño,

siente como su pujante vejez,

en el crepúsculos,

llena de colores el amanecer.

 

Vi brotar en mi retina,

bellos colores de fuego,

imagen que se fija a la memoria,

y el corazón sin saberlo.

 

Entre llamaradas se levanta el alba,

flagelando los sueños,

mariposas celestes,

van cayendo del cielo.

 

Noviembre,

espontaneo y alegre,

con aroma de lirios,

la montaña se tiñe,

con su lumbre de siglos.

 

Mi alma se cubre de hojas,

el otoño la reclama,

para que entregue su vida

y su luz se vuelva llama.

 

Sopla el aire,

se deshacen las nubes,

un murmullo, un destello,

del crepúsculo ciego.

 

Dejad que llegue Noviembre,

dejad al viento pasar,

para que brille la luna,

y así buscarle su boca,

para poderla besar.

 

Cuanta belleza suelta,

en su piel desnuda muestra,

víctima de sus encantos,

noviembre murió en sus brazos.

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miércoles, 30 de octubre de 2024

La botella


La botella

Tiene forma sensual,

la línea de su contorno;

las esencias de su vientre,

vuelven loco a los demonios.

 

Damajuana de lujuria,

frágil y verde doncella,

deleite hasta saciarse,

de ese manjar carmesí,

que en su vientre guarda ella.

 

Me embriago de ti,

y disipo mi tristeza,

tus exquisitos vapores,

se suben a mi cabeza,

y hallo la inspiración.

 

Que bien canta la calandria,

mejor canta el ruiseñor,

mejor canta la botella,

si le quitas el tapón.

 

Aquella noche un borracho,

agarrado a una farola,

con la botella en la mano,

viendo a la luna tan sola.

 

Le dijo con mucha sorna,

luna vete a recoger,

que a deshora de la noche,

no anda la mujer de bien.

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domingo, 27 de octubre de 2024

A veces, algunas veces


A veces, algunas veces

A veces, algunas veces,

cuando la luna no brilla,

mi alma se va volando,

al cielo de tus pupilas.

 

Allí el aire es más limpio,

y se respira mejor,

eres manjar de los dioses,

eres locura de amor.

 

Escrito está en tu mirada,

que no logro traducir,

pasa vibrando una abeja,

rehén del panal la vi.

 

Sus armonías musicales,

tejen hilos de ilusión,

me dicen donde volar,

en mi primera pasión.

 

¡Ay!, el corazón se me sale,

no es nada, es un suspiro,

siento la dicha tan cerca,

que cautiva mis sentidos.

 

Un volcán en ebullición,

que se sube al campanario,

y se baja al corazón,

a veces, algunas veces,

un poema es un temblor.

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