Aquella primavera
Aquella
primavera
con
sabor a inocencia,
salpicaba
a mi cuerpo
con
sus efervescencias,
vibraba
el amor,
y
se instalaba en mis huesos,
con
todo su candor.
Y
como un sueño nuevo,
la
fantasía camina,
como
el canto del grillo,
cuando
llega la noche,
un
tormento sin nombre.
te
susurra al oído.
Déjame caer
en la tentación,
y una mágica
brisa,
con su dulce
sonrisa,
besa mi boca
y la sed se me apaga,
y
aquella primavera loca,
que
agitaba los pulsos de la vida,
del
corazón es eterna cautiva.
Al escribir
con pasión,
reverdezco
el amor,
le digo a mi
alma que piense,
si muero sin
conocerte,
no he vivido
tu amor inocente,
ese amor
prohibido,
escondido
entre risas y sonidos.
Déjame
caer en la tentación,
clamaba
mi corazón,
ella
me observa,
como
Venus victoriosa
una
mujer tan hermosa,
el
espíritu llena.
Un
estallido de vida, se cuela,
por
esas líneas prohibidas,
donde
caricias y besos,
pronto
fueron el universo
que
giraba en torno a mí.
Sin
darme cuenta,
fueron
pasando los años,
arrugando
mi perfil,
la
primavera se fue,
marchitando
el mes de abril.
Hoy
mi divina inconsciencia,
te
busca, con la esperanza,
de
que abras a la vida,
el
gran amor que me asalta.
Y
es el viento, la abeja
que
invade mi pensamiento,
con
el ardiente deseo,
de
encontrar la bella flor,
para
descargar su polen
en
el panal del amor.
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Me gusta tu poesía, es como un romance verdaderamente bello.
ResponderEliminarFelicidades
Judith