Vestido con nueva luz
La
vida no muere,
su
resplandor,
vive
eternamente.
vestido
con nueva luz.
Es
cruel perder el cuerpo,
cuando
en tus ojos la dicha,
a
mi sangre aceleraba,
y
los más vivos deseos,
al
tocarme se avivaban.
Mis
ojos se apagaron,
cuando
el amor florecía,
cuando
el ruiseñor cantaba,
a
todas horas del día.
Cuando
llegaba la noche,
los
delirios navegaban
y
aquel resplandor de luna,
desnudaba
las miradas.
El
gozo se desvanece,
de
la cabeza a los pies,
y
aquel fluido divino,
por
el que corre la vida,
me
dio un nuevo amanecer.
Ahora
todo en mí está muerto,
que
perversa desventura,
como
si yo fuera otro
vestido
con nueva luz,
una
divina locura.
Copyright © RTPI – 16/2023/1053
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