Diálogos con uno mismo
Dialogar
con uno mismo,
no
es sencillo,
cuando
surja la necesidad,
él
me encontrará.
No
soy su amo, ni su señor,
soy
su administrador,
sabe
perfectamente
que
si hay que tomar una decisión
el
responsable soy yo.
No
es tarea fácil dialogar con uno mismo,
y
mantener el equilibrio sobre el otro,
son
como conversaciones yuxtapuestas,
sentimientos
que van y vienen.
No
ando con los pies descalzos,
por
miedo a que se refríe,
sin
embargo a mí me gusta bailar descalzo,
me
da sensación de libertad,
me
permite moverme sin estar clausurado.
Alguna
vez escucho conversaciones que se cruzan
por
las paredes, mientras el silencio reina.
Una
dice: “Ha perdido el amor y le ha roto el corazón,
derrota
cruel, ha gastado su vida en él“
Y
el otro le contesta:
“Qué
difícil llevar a cabo el mensaje que se
esconde
en el envés de la palabra amor,
Roma,
ciudad eterna, amor eterno”.
Pasan
los días, y los recuerdos palidecen,
las
lágrimas de despedidas se congregan
tras
los párpados, no me da tiempo de leer
el
libro, de como volver a ser niño.
Lástima,
le tenía mucho cariño,
me
ha dejado una nota:
“Pongo
el alma en lo que escribo
el
día que no la ponga,
será
porque no estoy vivo”
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Dialogar con uno mismo, es aceptar el otro yo, es el esplendor de la verdad.
ResponderEliminarUn emocional trabajo.
Buen verano y un abrazo enorme.
Eva Rocha