Lasciva
Porque
lleva en carne viva,
mis
indefinidos versos,
aunque
ninguno de ellos, rozó,
la
desnudez de sus pechos.
Solo
así mi sangre fría,
que
transita cada día,
por
las rías de mi cuerpo,
en
ella encuentra aliento.
Lasciva,
tenía
el alma anudada a raíces,
que
anhelaban su calor,
prisionero
del paisaje,
murió
su primer amor.
Una
rosa fresca,
abrió
su cáliz
a
un tallo erguido,
noche
de seda,
amor
dichoso,
cuerpo
prohibido.
Aquella
mañana fría,
en
las flores de su pelo,
lucía,
el
luto que surca el cielo,
pálido,
como
el último te quiero.
Lasciva,
porque
lleva en carne viva,
el
gozo que hay en mis versos,
cabalgando
entre palabras,
iba
escuchando sus ecos.
Copyright © RTPI – 16/2023/1053
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