domingo, 14 de enero de 2024

Los colores del tiempo


Los colores del tiempo

En el mundo reinaba el caos. El día amanecía de un color indefinido, temeroso de que en su trayectoria le acompañara la triste niebla, después se desataban tormentas de arenas y la oscuridad se ensanchaba a cada paso.

Los nervios estaban a flor de piel, le habían robado los colores al tiempo, nadie sabía cómo,  pero las habladurías haberlas, haylas…

El tiempo estaba loco, por lo menos, todo el mundo lo creía así, el polvo de las estrellas estaba dejando unas huellas preocupantes, las venas del universo se degradaban  y el desierto ocupaba su lugar.

El tiempo iba pasando y no volvían sus colores/ el mundo se había convertido una inmensa jungla, donde las personas eran árboles y las ramas lenguas de fuego, cuando el viento las movía aquello era un espectáculo impresionante.

Para vivir de aquella forma había que dejar libre los instintos y absorber las esencias de miles de hojas que morían en silencio.

Aquella noche escuché los pasos del tiempo, caminaba como hechizado por la luna, percibía sus latidos, su larga melena estaba impregnada de aire otoñal y en esa soledad, al cielo clamó con dolor de penitente, la pronta redención, abrió las puertas a la primavera, la bella estación donde el color es emoción y la fe jamás perece/ allí saltó la chispa, y aquella calle oscura se iluminó y fue sorprendente descubrir que hay salida más allá de lo que nuestros ojos ven/ y el tiempo volvió a florecer con divertidos colores.

Copyright © RTPI – 16/2022/3061


 

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