domingo, 7 de agosto de 2022

El “secreto” de los leones del Congreso



El “secreto” de los leones del Congreso

No todo el mundo conoce el secreto de los dos célebre leones del Congreso de los Diputados, con apenas siglo y medio de vida, son uno de los símbolos más representativos de la capital de España.

Custodian la escalinata de entrada al Palacio de las Cortes, en uno de los edificios más emblemáticos de Madrid, situado entre la cuesta de la Carrera de San Jerónimo y la calle Zorrilla.

Si atendemos a su origen, este espacio lo ocupaba la Iglesia del Espíritu Santo, anteriormente convento. Tras la retirada de la congregación, este edificio fue designado para reunión del Estamento de Procuradores, pero dado que el edificio no estaba para muchos trotes, fue declarado ruinoso. Se acuerda la creación de un nuevo palacio. El proyecto fue elaborado y ejecutado por el arquitecto Narciso Pascual Colomer, siendo inaugurado este edificio neoclasicista el 31 de octubre de 1850 por la reina Isabel II.

  La monumental escalinata del Congreso contaba con dos podio a los lados sobre los que se dispusieron sendas farolas, sin embargo esta ornamentación no convenció a nadie ya que dejaban al conjunto un poco desangelado y a petición de los parlamentarios, se decide colocar un par de leones, símbolo de la monarquía, que custodiarían para siempre el templo de la política española, dotándolo de mayor rango y solemnidad.

Para la realización de esta insigne obra, se recurre al escultor de la corte, el aragonés Ponciano Ponzano, pero en aquellos tiempos la situación económica era insostenible y el presupuesto para unos leones en bronce era muy elevado y el escultor no tuvo más remedio que ejecutar la obra en yeso, pintado con betún de judea, fingiendo bronce.

La idea fue descabellada, pues al cabo de un año, fueron presa de la lluvia.

Se optó por encargar una segunda pareja de leones con materiales más resistentes.

Esta vez el encargado de esculpir los felinos sería José Bellver y Collazos (Ávila 1824- Madrid 1869) recién llegado de Roma que se había ganado un puesto en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 

Este segundo encargo sería tan decepcionante como el primero, no por la calidad de los materiales, sino por el tamaño de las esculturas, se llegó a decir que se parecían más a dos perros rabiosos que a dos majestuosos leones.

Y a la tercera fue la vencida. El proyecto volvió a recaer sobre Ponciano Ponzano y esta vez las estatuas serían en bronce.

Y no un bronce cualquiera, sino que se utilizaron los cañones ganados a Marruecos por el ejército español en la gran Batalla de Wad-Ras, el día 23 de marzo de 1860.

Tales cañones se entregaron a Ponciano para hacer los leones del Congreso, siendo fundidos y forjados en la Real Fábrica de artillería de Sevilla.

Por fin en el año 1865 fueron terminados las esculturas,  esta vez el artista consiguió dotar a las figura de un aspecto grande, bello y fiero, del agrado del pueblo de Madrid, excepto de un grupo de diputados que criticaban su origen militar, entendiendo que no podían representar al congreso dos figuras realizadas con material de guerra, llegándose a hablar incluso de su destrucción, pero en 1872 se zanjó el debate y se colocaron en el lugar que ocupan en la actualidad.

El pueblo de Madrid los bautizó con los nombres de Daoíz y Velarde, en honor a los héroes de la guerra de la Independencia, los dos capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, que se sumaron al levantamiento contra las tropas francesas, el 2 de mayo de 1808.

En 1985 fueron bajados de sus pedestales para proceder a su limpieza y restauración y fue entonces cuando se descubrió el secreto de los leones del congreso.

 Para empezar descubrieron que uno pesaba 450 Kg. más que el otro, pero existe otras diferencias más apreciables; uno mira hacia la derecha y otro hacia la izquierda y además sujetan una bola con patas diferentes.

Pero el secreto más impactante es que uno de los leones no tiene testículos, (Daoíz carece de bolsa escrotal). Se desconoce el porqué de este error.

 Según informa el canal Historia, descubridor de esta anomalía "no existe ninguna razón artística, histórica, biológica o de cualquier otro tipo que justifique este hecho"

La gente comenzó a hacer conjeturas sobre la notable ausencia y la primera teoría que salió a escena fue que posiblemente se trataba de un león y una leona pero esta hipótesis se descartó, ya que ambos lucen una frondosa caballera propia de los machos.

Debido a esta diferencia testicular algunas versiones aseguran que los leones representan al héroe y la heroína Hipómenes y Atalanta, que fueron convertidos en leones por la diosa Cibeles. Es por esa y no otra razón que el león que representa a Atalanta carece de testículos.

Con el paso de los años la idea más convincente es que quizás, el escultor, Poncio Ponzano, se quedase sin material para la terminación de la obra y prescindiese de éste en los testículos del león izquierdo, por lo que decidió suplirlo, modificando la posición del rabo, para que no se notase la falta de sus atributos. Un secreto que ha tardado en salir a la luz 147 años.

 El canal Historia y otras plataformas han intentado subsanar la carencia de masculinidad del león eunuco, pero fusionar esa pieza supone un gran riesgo para la escultura.  

Que luzca la fiera o no nuevos genitales no les cambiará la vida a los huéspedes del  Congreso, ni siquiera al estoico león.

Así que cuando viajéis a Madrid, seguro que echáis un vistazo a unos de los símbolos más representativos de la ciudad y por extensión de España.

 Nico Pozón Requejo

Publicada en el la revista cultural LA TALEGA, nº 45 de Agosto 2022

 


 

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