El reloj de la estación
El
reloj de la estación,
con
su mutismo nos habla,
latidos
de un corazón,
con
sus manecillas largas.
Aquel
viejo tren
reanuda
su marcha,
al
reloj viviente,
se
le enciende el alma.
Hoy
ya eres silencio,
el
recuerdo me desgarra,
eran
tiempos de alegría,
el
amor abría sus alas
Soñando
mil sueños,
cambiando
las caras,
cuantas
ilusiones,
cuantas
esperanzas.
Aquel
beso que te di,
aún
conserva tu fragancia,
la
vida es un tierno beso,
escondido
en una lágrima.
¡Ay!
del tren que nos lleva,
pasó
ya por la estación,
acelerando
a mí sangre,
no
pude decirte adiós.
Peinando
canas el tiempo,
las
horas con caras largas,
de
nada vale rezar,
del
reloj voló su alma.
Copyright © RTPI – 16/2025/2824
Me ha encantado lo que he leído. Ese reloj me ha llevado a recordar un tiempo pasado que no volverá, pero que lo he vivido y aquel beso que le di, siempre lo recordaré ...
ResponderEliminarme llevo de sus ojos el mirar y este poema me hace soñar.
Gracias y un cordial abrazo
Virtudes
Qué bonito Nico!! Ya sabes que me encantan las historias y esta del reloj es preciosa. Un placer leerte.
ResponderEliminarUn beso
Olga Higueras