En la cárcel de su piel
No
sé tu nombre pero te sueño,
tu
cuerpo aún misterioso,
tal
como un relámpago en sombra,
se
fija en mi memoria, y vive como
el
sol enamorado de tu piel de luna.
La
musa de la inspiración,
cómplice
de mis sueños,
me
despierta en plena madrugada,
ha
dibujado tu cuerpo,
con
las huellas de un recuerdo.
Se
irradió una luz deslizándose,
por
la pluma que sostenía mi mano,
y
a pesar de seguir soñando,
siento
una tempestad interior,
que
me impide ver como la sirena
conquista
su océano.
Amanece
a la vida con bellas escamas,
huidiza
como un pez,
la
sujeto, trae el frío a mis huesos,
pido
auxilio a mi conciencia,
me
da miedo su silencio.
No
puedo concebirte así,
implica
una concepción más creativa,
como
un soplo de luz,
que
se alce del polvo de la tierra,
y
destelle en lo más alto.
Entonces
apareciste,
bajo
el azul naciente,
tus
carnes olían a azucena,
con
un apacible beso,
mi
alma se serena.
Ya
lejos de mi está,
su
esencia sutil de miel,
un
deleite que he vivido,
en
la cárcel de su piel. Copyright © RTPI – 16/2024/2824 |
La musa de la inspiración siempre está contigo para componer maravillosos versos como los de este poema.
ResponderEliminarFelicidades
Ana