miércoles, 28 de febrero de 2018

Mensaje en una botella


Bajo el neón de las estrellas,
se desplegaban las olas,
al mar lanzo mi botella,
ondea el azul de cola,

La voz dulce de unos besos,
en su concha de cristal,
sin los tuyos están presos,
presos de la inmensidad.

Ese navegante inquieto,
busca la ilusión de ayer,
sin remos a tu amor sujeto,
como cada amanecer.

Llora la brisa de espalda a la arena,
el mundo se ahoga en mi mente,
la luna blanca, muere de pena,
el alma vuela a contra corriente.

Veo en el agua un reflejo que enmudece el habla,
por un momento he perdido la cordura
sus formas son perfectas, perfectas como el alba,
levanto la cabeza, el mar todo lo cura.
Copyright © RTPI 16/2017/3421

sábado, 24 de febrero de 2018

Inconfesable


Un eco atrapó mi vida,
en la noche que te imaginé,
escalé la pared de tu silueta,
como un cazador furtivo,

Embriagado de amor,
en coto protegido,
abrí un paraíso de luz infinita,
embebecido ante tu desnuda belleza,

Me perdí al contemplar tus encantos,
cabalgué en secreto,
aferrado a tus majestuosos peñones,
¡qué hermosa eres!

Crecí en tu cuerpo,
atravesando fronteras prohibidas,
la pasión me estalla,
y se eterniza en el velado gozo.

Un ciclón enardecido grita,
¡Oh, qué dolor!, poseíste a la que amaba,
mi alma sangra, no habrá perdón,
clavaste tu dardo en mi tierna amada.

Despierto, pesadilla, confusión…
mi corazón palpitante,
no entiendo tu perfume en mi piel,
siento la vibración de tu erotismo inconfesable.
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miércoles, 21 de febrero de 2018

Que sería...


Que sería del ojo del huracán,
si sufriera un desprendimiento de retina:
¡Pobres olas! perderían el rumbo,
y no arrasarían todo lo que encuentran a su paso.

Que sería de ti si estás a punto de morir,
y la vida te diera otra oportunidad:
Iría por ti  y te haría sentir,
que lo bueno estar por llegar.

Que le pedirías a tu alma,
si vive más de una vez en el mismo cuerpo:
Que ilumine la vida al otro,
y que nuestra conexión nunca se pierda.

Que sería de los molinos,
si no los moviera el viento:
Ellos dirían, viento te quiero,
si tú me fallas me muero.

Que sería de nosotros,
si no supiéramos conducir entre las curvas de una mujer:
Un vibrante peligro,
y un accidente gravísimo.

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domingo, 18 de febrero de 2018

La marcha fugaz de Aida

Somos viajeros del tiempo,
seres llenos de manías,
lágrimas colgadas del firmamento,
en ese lienzo de flores con pétalos de alegría.

Fue un placer fugarme contigo,
y al tiempo plantarle cara,
viendo implorar al poderoso enemigo,
que mi corazón te amara.

Perdidos en el ángulo oscuro,
de la alborada armónica de la vida,
un murmullo de aire puro,
la marcha fugaz de Aida

Como un silencio próximo a expirar,
cayó sobre mí el sol de tu mirada,
me penetró la roja sangre de la de verdad,
tu amor entró en mi vida aquella madrugada.

A tu lado vuelvo a nacer,
mis latidos van al ritmo de los besos,
de tu alma de mujer,
ese vértice de vida que provoca mi embeleso.
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miércoles, 14 de febrero de 2018

Aquella ventana al mar

Aquella ventana al mar,
tiene un espacio secreto,
me permite navegar,
e invadir tus sentimientos.

La brisa lleva el timón,
y mi alma toma cuerpo,
a ciegas zarpa el amor,
entre sonidos y ecos.

Sube y baja el ardor,
y amanece el primer beso,
activando al corazón,
que late como un poseso.

En la ventana hechicera,
destella la oscuridad,
dos cuerpos semidesnudos,
a punto de naufragar.

Cambió la brisa de rumbo,
con la luna de azahar,
embraveciendo las olas,
de ternura corporal.

Solo tú y yo sabemos,
de aquella ventana al mar,
donde navegan los sueños
con ecos de libertad.
Nico Pozón Requejo Copyright © RTPI 2018


sábado, 10 de febrero de 2018

El infarto


Agónica muerte,
donde todo se derrumba,
cuando el corazón no late,

antes que el cuerpo sucumba,
donde te roban el alma,
los ecos de la ultratumba.

Prisioneros somos del corazón,
de su ritmo de su son,
mil imágenes regresan a la memoria,
tantas vidas, tantas historias.

A borbotones brota el dolor,
en blanco y negro, en tecnicolor,
pongo la mano en el pecho,
sus latidos agotados no reconocen mi voz.
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miércoles, 7 de febrero de 2018

Amándonos

Sus ojos se clavaron en los míos,
y sus labios en mi boca,
el pecado del edén,
su fuego me lo provoca.

Entre a oscuras,
en su cuerpo de diosa
una dulce embocadura,
eres ternura, mi bella rosa.

La sentí desfallecer,
escuché una y otra vez su susurrante voz,
un gozoso desatino de embriaguez,
hizo levitar mi ser.

Un irresistible cosquilleo, de una rabiosa mujer,
entre suspiros y gozo, hasta apagar nuestra sed
una descarga penetrante,
estremeció a mi cuerpo e invadió su ser.

Un fuerte temblor nos sacudió,
dejándonos exhausto de inmenso placer,
entonces me llené de ella,
y nuestros párpados se cerraron en el sueño.

Copyright © RTPI 16/2017/3421