Vi la
sonrisa del mar,
en toda
su inmensidad,
emergía
de su oleaje,
el rizo
azul del paisaje.
Me
detengo en una playa desierta,
donde
se esconde el amor,
allí se
escapó mi cuerpo,
al
sentir tu corazón.
Fue como
viajar al cielo,
en la
cresta de una ola
donde
crecían los besos,
con
pétalos de amapola.
Las
gaviotas detenían sus vuelos,
para
observar, el mayúsculo esplendor,
de
espumas y de salitres
que
ofrecíamos tú y yo,
Y las nubes
envidiosas,
con sus
ocres seductores,
se
saciaban presurosas,
de
nuestra sed de amores.
¡Ay! mi
anhelo se marchita,
estando
sumido en trance,
era la
bella Afrodita,