domingo, 27 de julio de 2025

Café Varela

El café Varela

A finales del siglo XIX en Madrid se abrieron ilustres cafés literarios donde se reunían poetas, artistas e intelectuales para, entre café y café  y lo que hubiera menester, debatir innumerables horas de literatura, cultura, política y otros asuntos de actualidad, una costumbre que vino de Viena y que arraigó en la capital de forma brillante, poco a poco se convirtieron en centros culturales de primer orden, entre ellos destacaban los cafés de Gijón, VARELA, Mahón, del Callao, Español, Pombo o el Comercial.

El Café Varela (1884), es uno de los más famosos e histórico cafés de Madrid de finales de siglo XIX y XX

Los fundadores del Café Varela fueron los hermanos Edmundo y Manuel Varela, gallegos de nacimiento, emigran a Madrid para trabajar de pequeños industriales en el sector avícola, con esfuerzo consiguen un puesto en el Mercado de los Mostense (1875), ubicado en la plaza del mismo nombre, junto a la Plaza de España.

Poco a poco consiguieron una considerable fortuna, “Los polleros de oro”, así le llamaban la vecindad.

Corre el año 1.884 y los hermanos Varela alquilan un local en la calle Preciado, 37 para instalar un café de barrio con la intención de servir cafés y atraer a personas del mundo de la cultura.

 Como el negocio cada día era más rentable,  deciden traer de su pueblo a su sobrino Silvestre.

En principio el joven trabaja en la pollería, después lo trasladan al Café  Varela como “mozo echador”, es decir acompañante del camarero al que auxilia llevando dos grandes cafeteras, de café y de leche para servir a los clientes. En tan solo dos años el joven Silvestre pasa de ser un simple mozo a dueño del negocio, sus tíos van siendo mayores y en 1916, le ceden los derechos.

Silvestre Díaz Varela, (Don Silverio), le da otro enfoque, como punto de encuentro para tertulias literarias y versos de medianoche.

Con el tiempo comienzan a pasar  por allí los más ilustres y variados personajes de la vida social madrileña de la talla de Azorín, Unamuno, Valle Inclán, Benavente, Emilio Carrére, los hermanos Machado, Maeztu, Pío Baroja, León Felipe, Cela etc.,

Pero vayamos a la historia del café Varela, el primer ambiente que reina es café de barrio, hasta que allí recala Tomas Luceño, con la intención de pedir “Recado de escribir” al mozo-camarero, lo que significa que con esta petición, junto a la consumición, este habría de proporcionarle siempre “servicio de pluma y tintero”, el llevaría sus cuartillas para escribir sus farsas.

Su gozo dura poco, desembarca otro escritor más famoso, Eduardo Zamacois, (1901), novelista con buena hechura y con aire nuevo y así irrumpe

como primer escritor en el café Varela, sus primeras novelas son Cuentos Populares, eran semanales y se vendían en kioscos.

De cuando en cuando acude al café Varela un joven con buen olfato, para encontrarse con alguien del que poder aprender, iba tomando notas de aquí y de allá en los cafés de barrios y así le sale su depurado talento:

“La losa de los sueños”, su primera gran obra, estrenada el 9.11.1911 en el Teatro Lara. Este joven escritor se llamaba Jacinto Benavente, destacó sobre todo en la comedia y en el drama llegando a escribir más de 150 obras. Fue miembro destacado de la Real Academia Española. En 1922 le concedieron el premio Nobel de Literatura.

En Abril de 1910 comienzan las obras de expansión y crecimiento de la arteria principal del centro de Madrid una vía ancha que fuera atractiva y señorial “La Gran Vía”, debido a la construcción y sobre todo al ruido infernal de las excavadoras de la época, se cierran muchos locales entre ellos el café de Callao, de allí viene a refugiarse al Café Varela, un poeta, fascinado por la vida bohemia, Emilio Carrére, sus contemporáneos le evocan  con su chambergo, capa y cachimba. Un escritor inteligente y culto que escribió la mayor parte de su obra en los veladores de este café.

Carrére era funcionario del Tribunal de Cuentas y en su tiempo libre escribía libritos de poemas que se fueron popularizando y poco a poco fue cosechando notable éxito, que le llevaron a consagrarse como cronista oficial de la Villa de Madrid.  Entre sus obras poética, la más conocida fue “La musa del arroyo”.

 Al final de la dictadura de Primo de Rivera y la llegada de la Segunda República, se cierra el Teatro Real y el contiguo Café Español, hace que los hermanos Machado y sus contertulios busquen un nuevo café.

Deciden trasladarse al café Varela, un lugar sorprendente, con las columnas y los techos que eran obras de arte  y en sus veladores damas con mantillas, hombres con capas, artesanos con bastones de nudos y también jóvenes con parejas vestidas de chulapa, una atmósfera fascinante.

A la tertulia de los Machados acuden los conocidos y otros muchos de provincias, así como extranjeros que desean trabar relación, un amplio elenco de personalidades de aquí y de allá.

También acude Ricardo Baroja, que comenta anécdotas, sucesos como el relativo a cuando viaja con su hermano Pío Baroja a Extremadura con tienda de campaña a lomos de una borrica.

Los hermanos Machados, es la historia de un canto a lo no dicho, es un largo camino en la forma de pensar, con un pasado a la espalda, de éxitos vividos juntos, que de nada servirán.

 Manuel Machado hombre de pocas palabras, en sus versos muestra esa interioridad. A destacar que era un buen observador y, experto en crítica teatral, además de un buen poeta. 

En cambio Antonio era un entregado a las tertulias y los versos de media noche. Su hermano José Machado dice de él, que sobresalía por su amor a la naturaleza, su generosidad, su firmeza de voluntad.

Fue el poeta del pueblo, y esa sensibilidad de lo popular es la que filtra su genuina poesía.

Después vino Miguel de Unamuno intervenía en las tertulias literarias y destacaba por no dejar hablar a nadie, un polemista incansable y también famoso por meterse en todos los charcos, con el tiempo llego a ser el escritor más representativo y principal exponente de la generación del 98.

 Acuden también al café de Varela,  León Felipe, Julio Caro Baroja, María Teresa León y Rafael Alberti, este con la clara intención de que Antonio Machado colaborase en la revista “Octubre” que él había fundado.

La música tendría también su lugar en el café con actuaciones en directo.

Sorprendente fue la visita de Francisco Franco siendo comandante General de Canarias en este caso para cenar y ver la última actuación en vivo de Olga Ramos, violinista y cantante, hizo del cuplé una vivencia irrepetible.

 Durante la Guerra Civil permaneció cerrado aunque poco después volvieron allí las tertulias con personajes como Gloria Fuerte, Rafael Azcona y Antonio Mingote y cerró como tal a finales de los años cincuenta.

A pesar de las calamidades que ha tenido que vivir el local, aún se siente el espíritu de un café histórico.

He leído que su actual propietario el empresario gallego  Melquiades Álvarez, va recuperando las tertulias que lo hicieron famoso. De momento ha creado los Premios Café Varela, que ya van por la tercera edición y está estudiando recuperar “el Premio Sésamo de novela corta”,

Hace poco tiempo, en la presentación del libro <<No soy uno de los vuestro>> de Jeosm (importante fotógrafo de prensa), el Café Varela se convirtió en una fiesta masiva, con Arturo Pérez Reverte, Marta Fernández, Antonio Lucas, etc. un ejército de escritores y periodistas que de nuevo han puesto de moda al Café Varela y en punto de referencia cultural del Madrid de hoy. 

 

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Publicado en la Revista Cultural "LA TALEGA"  Nº 51 año XXVI - Agosto 2025


 


 

miércoles, 23 de julio de 2025

He soñado con amarte

        He soñado con amarte          

Te imagino porque existes en mi mente,

y en la noche me dejo llevar,

sueño que me das un beso,

y el perfume de tu cuerpo,

es primavera de gozo,

es atracción y embeleso,

mi rosa de juventud.

               

Me excito al imaginarte,

me provoca este sentir,

tantas emociones siento,

que tu esencia me devora,

arraigando entre mis huesos.

 

Qué bello es vivir bajo el sol del amor,

un deseo camina sobre mi piel,

el temblor me invade,

esas mil caricias que a solas soñamos,

se fugan corriendo con tristeza y llanto.

 

Cuantas veces he soñado con amarte,

con tenerte entre mis brazos,

se avivan mis pulsaciones,

cuando las ventanas abro,

la luna me canta, me besa en los labios,

brotes de esperanza, me crecen los años,

cayendo los hojas de un otoño raro.

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miércoles, 16 de julio de 2025

A la sombra de tu ser


A la sombra de tu ser

Una lóbrega cárcel

donde los sueños

florecen angustiado,

reclamando genética venganza.

 

Yo no quiero ser tu sombra.

ni tampoco ser distancia,

que huye de tu vida,

sin aparente razón.

 

Todo aquello que me erguía,

fue menguando,

hasta perder mi apariencia,

ser sombra aquí y allá,

medir tu estatura,

hasta la eternidad.

 

A la sombra de tu ser,

todo aquello que nuestros ojos ven,

solo es,

un espejismo de la realidad,

una ilusión que en toda creación,

en ti se crece.

 

El día que me beses

con la misma ternura,

de aquellos días,

ciegos de luz,

moriremos de amor,

y la callada rosa de juventud,

guardará tu aroma.

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sábado, 12 de julio de 2025

Estoy soñando despierto


 Estoy soñando despierto

Quiero verte,

para así decirte,

cuando pienso en ti,

lo que mi alma siente.

 

Escucho a mi corazón

con esos ritmos inciertos,

intenta hablarme de amor,

estoy soñando despierto.

 

Yo aguardo, procuro resistir,

de pronto el viento,

rompe su silencio,

me dice que soy feliz,

 

Pero miente,

sabe que nunca serás mía,

y que yo,

siempre seré tuyo.

 

Estoy soñando despierto,

con un amor tan inmenso,

que ni gloria, ni placer,

me hacen del sueño volver.

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lunes, 7 de julio de 2025

El viento se lo llevó

 

El viento se lo llevó

Es el viento,

el que gime al pasar,

quiere llevarme a besar

tus mejillas inocentes,

¿No me oyes suspirar?

 

Tu nombre ocupa mi mente,

se abre a la fantasía,

y a las tiernas melodías,

de tu primavera ardiente.

 

¡No puede ser!

las olas con su vaivén,

al viento que viene y va,

hacen suspirar al mar.

 

Los gemidos son del aire,

como las olas son del mar,

el canto de la sirenas,

es amor de marineros,

pensando que volverán.

 

Ay, qué pena del amor,

todo queda en el pasado,

ese amor apasionado,

el viento se lo llevó.

 

No te aflijas así mujer,

quiero llorar y no puedo,

porque tengo tanta pena,

que ya no sé si la tengo.

 

Sentí en sus labios un clamor,

de nostalgia, de dolor:

¿Cuándo se quiere tanto,

y el amor se va,

es que no hubo amor?

 

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jueves, 3 de julio de 2025

Caer en la tentación



Caer en la tentación

Estaba en mi atalaya,

embelesado,

mirando como el alba,

comenzaba a esperezarse.

 

Sumergido en la belleza,

que no se puede expresar,

busqué la complicidad,

en tu mirada.

 

Entonces en cálidas metáforas,

y enfebrecidos besos,

surgió el amor,

con su sed ardiente.

 

Despojado de velos,

nació un ¡te quiero!

algo que maravilla,

bendigo la vida.

 

Con ansias adolescente,

dijiste que estabas hecha,

para amar y ser amada,

y con evocador suspiro,

 

propusiste, encandilada por

aquella ferviente luna,

aparecida en el cielo,

que querías consumar el amor.

 

Me dejaste, emocionado,

con la miel en los labios,

eclipsado en tus palabras,

y de manera inconsciente,

 

Tu imagen fresca de primavera,

cuerpo de diosa, nudo de dicha,

entró en erupción, con dulces

suspiros, hasta morir de amor.

 

Desde mi atalaya,

justo cuando la luz se desvanece,

estrellas fugaces, me elevan hasta ti,

para darle forma al deseo de todos los ángeles,

“caer en la tentación”  

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