La niña de fuego
La
niña arde en su fuego,
burlándose
de claridad de la noche,
tiene
esa fuerza mágica,
para
jugar sin quemarse.
Asciende
de sus cenizas,
un
alma luciente de excelsa hermosura,
que
irradia belleza,
y
mortal codicia.
Puede
que engendre vida,
cuando
la esencia de un te quiero,
arda
en su fuego,
y
surja el amor de golpe.
Recuerdo
a la niña de fuego,
porque
mis pupilas no pueden callarse…
bajo
la eterna luz del crepúsculo,
nos
hicimos nuestros para siempre.
Abro
los ojos,
los
alzo a la bóveda en blanco,
hasta
que alma se arrugue…
me
basta con el sueño que me diste,
de
ir contigo al mismo cielo.
Copyright © RTPI – 16/2022/3061 |
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