La bella durmiente
Solo
con decir su nombre,
un
extraño erotismo, me invade
pasa
por mi mente como una nube,
ser
dueña de mi sentir, me hiere, pero la amo.
Por
ella tiene razón la primavera,
corro
el peligro de extraviarme,
en
el bosque encantado de su cuerpo,
porque
mi amor en sus ramas anida.
Soñando
que me sueña,
me
colmo de ilusión,
percibiendo
que regresa su aura,
con
sutil delicadeza.
Me
he quedado sin habla,
al
contemplar que soy cautivo,
de
la rosa de mi memoria,
aquella
que llevó la alegría de la tierra al cielo.
Miro
de reojo y veo,
el
blanco manto de la muerte,
mi
corazón un profundo hueco,
donde
arde su invisible llama.
La
llama de la esperanza,
que
me consume por dentro,
la
que teme, que no sea yo,
el
príncipe azul que la despierte.
Me
pierdo por su querer,
tal
vez con un beso torne a la vida,
tal
vez se excite y se estremezca,
latente
tentación de ardiente desvarío.
Besar
sus jugosos labios,
enciende
mi corazón,
y
desnuda mi alma de pesar,
me
arrodillo y siento que vive
aunque
no sea cierto.
Copyright
© RTPI – 16/2022/3061 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario