El árbol seco
Al
declinar del día,
lo
veo tan triste,
que
su agonía,
está
en el límite.
Quizás
mañana,
las
ondas verdes,
que
entran por mi ventana,
aún
lo recuerden.
El
árbol seco,
majestuoso
en su juventud,
es
arrumbado como un muñeco,
en
la senectud.
Tal
vez estaba triste de esperar,
al
agua que no llega,
la
luna roja llamando en el cristal,
su
alma ciega.
De
aquella piel estremecida,
brotaron
sus raíces,
y
de sus lágrimas,
las
hojas verde con mil matices.
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© RTPI 16/2020/1580
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Así es la vida, querido amigo. El tiempo pasa y perdemos el movimiento y las arrugas nos secan la piel.
ResponderEliminarTe felicito
Eva Rocha
Me ha encantado. Reflejas muy bien los mas nobles sentimientos, cuando la esperanza se pierde en el último suspiro de vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Cansado de dar sus frutos, su alma muere… no llegó a tiempo la primavera pero se obró el milagro, brotaron sus raíces de igual manera.
ResponderEliminarMuy bello poema
Un fuerte abrazo y mi felicitación sincera