¿Por qué me dejó sus alas? Nadie
lo sabía y
yo me callaba, al
verla pasar los
sauces, se arrodillaban.
Era
ella La
mujer que me embrujaba, era
el brillo de sus ojos, espejo
de la alborada.
Era
el néctar de su piel, un
sabor que penetraba, unos
pechos sin alientos, hasta
que a mi sed saciaban.
Goces
vanos, siento
la vida y la amo, son
mis ríos de pasión, que
llegan a su océano. Ella
era, la mejor, aquella
noche sin sombra, que
conquistamos la nada, mi
torpe memoria, clama, ¿por
qué me dejó sus alas? Copyright © RTPI – 16/2021/9535 |
Que bonito. Un amor tan saludable, deja huellas imborrables.
ResponderEliminarFelicidades
Ese espíritu amoroso que reside en el poema tiene tanta fuerza que te lleva a revivir cada instante.
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo