La maldita inquisición
Vigilan
sus pasos y persiguen su sombra,
ni
el temblor, ni los latidos callados,
la
libraron del fantasma,
de
la maldita inquisición.
Tiembla
una mariposa,
en
el cuarto del horror,
como
una penitente,
sin
ver los rayos de sol.
Le
despojaron del alma,
aun
sangrando el corazón,
le
vaciaron la mente,
y
silenciaron su voz.
Aquellas
turbas felinas,
entre
engañosos recelos,
empujaron
a la hoguera,
lo
que antes era tan bello.
Un
grito desesperado,
que
derrumba al mismo cielo,
con
aquel baile de sombras,
disfrutando
de la tortura del fuego.
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Tus historias versificadas son muy interesantes y nos lleva a imaginar la realidad de aquellos tiempos, sobre todo cuando el inquisidor general era un tal Torquemada… la inquisición alcanzó su apogeo y su incansable actividad, llevó a miles de personas al fuego, extendiendo el clima de terror a todos los niveles de la sociedad.
ResponderEliminarMe ha encantado
Felicidades y Un abrazo grande
Tus poemas son profundos, pasionales, creativos, ingeniosos.
ResponderEliminarY a mí me interesan
Que tengas un bonito tarde