La frontera prohibida.
Miraba
por la ventana y chocaba contra el muro,
no
había otro paisaje que distrajera a mis ojos,
sin
embargo mi cabeza tenía ansia por cruzar
la
frontera prohibida.
Me
falta el aire, me ahogo,
en
el espacio infinito entre el muro y mis pupilas,
una
vida loca que paga sus frustraciones,
hoy
los pájaros del amanecer olvidaron mi nombre.
Adentro
en mi cabeza un ave vuela en círculos,
mientras
mi alma cabalga por los aires,
soy
un espíritu cargado de blancas sombras,
que
vuela alto para encontrar la nada.
El
frío hace mella en mi fortaleza,
siento
las heridas latir dentro de mi cárcel,
ahora
mis ojos se llenan de primavera,
y
en mi memoria florece un jardín.
Es
entonces cuando siento que he traspasado
esa
pared que conspira contra mí.
y
las lágrimas se van como estrellas fugaces,
agitando
pañuelos, ebrios de entusiasmo.
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Con cierta obstinación pones tus ojos en esa frontera prohibida, hasta vencer la mirada del subconsciente, ebrio de entusiasmos vibran tus versos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Un poema lindo, impactante, profundo e interesante.
ResponderEliminarRecibes mis felicitaciones