La flor de la
demencia Cae
la nieve tan callada,
que
se rompe en el silencio,
es
la llamada esperada,
que me queda
sin aliento.
Fue aquel
viento que me cala,
de la cabeza
a los pies,
el silencio
se intercala,
y no escucho
a la mujer.
Me agobia cualquier
pasión
que no pueda
controlar,
no quiero
ninguna flor,
que me grite
al despertar.
Por aquella
mujer
me sentí
cercado,
quise en sus
labios beber,
y caí
enamorado.
Su luz me
resucitaba,
y en el
silencio escondía,
palabras que
palpitaban,
como fieras
noche y día.
Sus curvas
son un tormento,
vestidas de
inocencia,
cabalgando
en silencio,
por la flor
de la demencia.
Copyright © RTPI 16/2020/1580
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Tus versos me apasionan, están impregnados de amor, preludio de esa pasión con la que nos sorprende en cada entrada.
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo
Me gusta como piensas y escribes, tus maravillosos versos logran trasmitir los deseos de tu corazón.
ResponderEliminarUn abrazo