Un
león alado,
irradia
poder,
divino
y humano,
en
un solo ser.
Su
pose intimida,
mis
ojos se endulzan,
con
la sensual imagen,
¿Qué
truco estará usando para no envejecer?
Es
triste y humillante,
estar
expuesto,
a
la representación perpetua,
de
la propia intimidad.
Le
increpo y permanece inmóvil,
me
mira con ojos violentos,
como
si recordara un castigo antiguo,
se
siente presa fácil.
Saltan
a mis pupilas,
los
recuerdos de la tierra donde él cazaba,
y
el espectro nostálgico de la amada,
tras
un combate fiero.
Leo que su figura inerte,
vuela
como estrella libre,
en
noches clandestinas,
recorriendo
rutas de infinita pasión.
Un
león alado ruge,
tratando
de ser infiel,
se
apagaron las farolas,
y
el orbe yace con él.
Copyright © RTPI 16/2020/1580
El león alado, es como una exposición perpetua del rey de las selvas a las flaquezas de este mundo corrompido y triste.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo
Me ha encantado tu poema, el león alado es muy hermoso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo