La garza blanca
Radiante la garza blanca,
con su aire misterioso,
hermosa mujer que arranca,
sinfonías en corazones silenciosos.
Ayer se acercó a mí,
y encendió la luz del día,
y entonces pude sentir,
lo que siento todavía.
No hay palabras,
que marquen su estatura,
sus enemigos hablan,
acerca del misterio de su divina blancura.
Como seducirla si aún soy adolescente,
ella huele a primavera
y yo a caballo silvestre,
desbocado en su pradera.
La quiero y la deseo,
me crea y me destruye,
me nubla la razón y solo veo
crecer la esperanza cuando huye.
Copyright © RTPI 16/2019/1187
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La poesía que has plasmado es tan hermosa que me alegra el alma.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Me encantó, tus palabras de ardiente pasión hacen mágica la vida.
ResponderEliminarUn placer leerte, felicidades