Mis versos son para ella
Llevo
tiempo sin oler la belleza,
si
bien la flor hay que cogerla,
antes
de que pierda su aroma.
Vuelan
a mis pensamientos,
algunas
cosas soñadas,
aquella
flor, musa del ensimismamiento.
Un
aroma de nostalgia,
un
suspiro de dolor,
en
mi absorto silencio.
¡Como,
la recuerdo!
aquella
flor con su fino olor,
hacía
germinar el amor dentro y fuera de mí.
Su
cuerpo era de vértigo,
empalmaba
al corazón,
y
auscultaba el seso.
Cierro
los ojos y aún siento pena y dolor
quedó
embarazada sin estar enamorada,
una
noche de pasión la llevó a perder su aroma.
Sonaron las hirientes campanas
por todo el universo,
y en el supremo silencio,
el rumor la quedó sin aliento.
Hoy ha vuelto la dueña de este poema,
tenía los labios marchitos,
el tiempo la había desvestido
de amores que nunca fueron.
Todo ha pasado tan a ras,
como la luz de las sombras,
la seguí como un nómada por el desierto
hasta que los espejismos borraron su silueta.
Copyright © RTPI 16/2019/1187
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Unos versos muy hermosos, lleno de imaginación, un deleite para el lector.
ResponderEliminarUn placer leerte
Como me encanta este poema, más allá de los sueños, está el silencio supremo, donde tu sueño es mi sueño.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Te ha quedado formidable. Creas maravillas. Te felicito.
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