He disfrutado de la vida
por fragmentos
amorosos, en los que vacié mi prosaico acento,
no puede aclimatarme nunca
a una mujer,
mi alma lo lleva grabado
en su propio ser.
Qué pena no tener
estrella,
caricias y besos y níveos
fulgores,
de una mujer bella,
hace que no sienta ese mar
de amores.
Sueño con las tardes de
alborada,
con sus caricias de agua
de sal,
con el temblor de sus
pechos,
en la cima de los besos de
su boca angelical.
Mi corazón se ha
encendido,
a la sombra del olvido,
me arrullan sus
resplandores,
cuando me inundan sus
labios del amor de los amores.
Se abren las puertas del
cielo,
en la senda de su vientre,
los jadeos de mis
caricias,
son suspiros en su mente.
Copyright © RTPI 16/2017/3421
|
La vida hay que vivirla y disfrutarla antes de que se vaya.
ResponderEliminarUn abrazo
La vida son fragmentos de amor de un tiempo felizmente vivido, hasta que nos lleve el viento son tan nuestros y tan vivos que al más mínimo contacto la sombra de la maldad me dilata los sentidos.
ResponderEliminarUn enorme abrazo y mi felicitación sincera.
Hola, solo quiero decir que la mente suspira por lo que se pierde y por lo que no acaba de llegar, aunque sean amores perdidos, solamente por la dicha de verlo-a el corazón se entusiasma y la mente viaja buscando las puertas del cielo.
ResponderEliminarTe felicito
Eva Rocha
Un bonito poema. No se puede llegar y besar el santo, el amor hay que trabajarlo hasta que se abran las puertas del corazón.
ResponderEliminarUn abrazo
MARILÚ