Se
para el corazón, al último latido,
No
hay nada más bello que se apague,
Un
alma que por el cielo vague,
Que
traspase el umbral de los sentidos.
El
amor arrió bandera,
A
esa mirada fría de diosa inerte,
A
la espera de que su cuerpo muera,
Que
no quiso morir y vio la muerte.
Sones
de campanas muertas,
Crespones
negros prendido al viento,
Llevan
las golondrinas, centinelas alertas,
De
su morada en el convento,
Golpe
a golpe de cincel,
En
lápida mortuoria,
Un
verso da a conocer,
La
portada de su historia.
Aquí
yace la diosa de ensueño,
El
amor fue de sus encantos dueño,
Rosa ardiente de pasión,
Éxtasis
de la memoria,
Oasis
del corazón,
Eterna
luz de la gloria.
Copyright © 16/2013/1907
Después de leer tú poema me he quedado anonadada
ResponderEliminarcuanta ternura hay en tus versos, mi alma aún suspira, éxtasis en todo mi ser, que belleza y encanto tiene esta poesía.
Gracias
Te felicito por tus bonitos versos,bello poema,muchas gracias por compartirlo.
ResponderEliminarRosi
Bonito final para esa luz que se apaga y da lugar a una vida eterna.
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