Sentí su fuego en mí alma
Gritaba
a pleno pulmón,
que
el alma se desangraba
de
tanto pedirle a Dios,
que
no estaba preparado,
para
emprender ese vuelo,
donde
las dudas me asaltan.
Vete,
no quiero verte en mi casa,
un
estallido de luz,
al
pensamiento desarma,
el
cuerpo, no resiste la estocada.
Aquel
huésped me sorprende,
cuando
aflora la mañana,
esa
luz recién nacida,
tiene
aroma de infancia…
Y
de pronto vi su rostro,
aunque
nunca he podido recordarla,
un
espectro de hermosura,
de
un amor que se desgrana.
Anoche
soñé con ella,
sentí
su fuego en mí alma,
y
en el lecho del delirio,
alegre
batir de alas.
Copyright © RTPI – 16/2022/3061
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