Antes del amanecer de cada día
Si
yo tuviera poder,
a
la luna le diría,
¿Por
qué no me dices nada,
si
eres tú el alma mía?
Cuantas
veces su imagen,
ha
revolucionado mi universo,
entre
nubes de embeleso,
y
un rojo clamor a besos,
que
da sentido al amor.
Pregona
en la noche,
esa
eternidad sola,
esperando
a un soñador,
con
dulce acento, para que
ronde,
por su paraíso excelso.
Abrí
mi oscura conciencia,
a
su suspirante boca
y
en la bóveda del cielo,
las
estrellas eran rosas.
Todas
abrían su cáliz,
con
clara insinuación,
y
mi espíritu encendido,
consumaba
el amor.
Cierro
mis ojos para embriagarme,
de
su sensual fragancia,
la
miro y en la hierba reposa,
mi
diosa celeste, tan llena de dicha,
Que
su luz es mi luz,
y unidos los dos en el azul,
me
estreché a su cintura,
y
mi sueño se fue, con aquella mujer
a
la que amé antes del amanecer
de
cada día.
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