Anclado en
aquel verano
Anclada en aquel
verano, mi memoria quedó,
las olas
regresaron a mi cuerpo,
arrastrando los
recuerdos,
a la penumbra del
sueño.
Cierro los ojos y
aspiro profundamente,
y de nuevo oigo
desbocarse las olas por mis venas,
acompañadas de
sonidos nuestros,
que rompen el
silencio.
Aquella noche tu
mirada se cruzó en mi vida,
y al besarte una
cascada de luces descendieron,
de mi boca hasta
tu boca,
y el universo
entero se hizo luz.
Bajo la luz
crepuscular de la luna,
resbala mi cuerpo
por tu deliciosa anatomía,
me tiemblan los
huesos y en las sábanas
de fina arena que
las olas tienden,
siento como tu
fulgor aún virgíneo,
nace al gozo por
primera vez.
Duró un instante
eterno,
tus ojos brillan
dulces, embelesados,
cargado de
emociones y de anhelos,
sintiéndote
elevada de la tierra al cielo.
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16/2023/1053 |
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