sábado, 30 de noviembre de 2019

La sombra del más allá

La sombra del más allá
Sin memoria de mí,
anegada a tu cruz,
renacida de ti,
me hago carne de luz.

En los brazos del olvido,
en la esencia de la nada,
tu amor mi prisión ha sido,
cuando estaba enamorada.

Y marché con aquel traje de luna,
de encendida elegancia,
luciendo mi piel moruna,
con las brisas de la infancia.

Decapitado el amor,
en trozos de carne viva,
alerta mi corazón,
sin memoria no hay vida.

Ese polvo enamorado,
con el viento viene y va,
sonriendo al pasado,
la sombra del más allá.
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martes, 26 de noviembre de 2019

Hace tiempo...

Hace tiempo…
Hace tiempo que en ti siento,
la inmensidad del silencio,
y tus ojos no me miran con amor,
¿por qué el amor es tan ciego,
que no siente al corazón?

Aún recuerdo tus íntimos sentires,
tu sonrisa, tu cielo, tú color,
la magia de tus besos,
tus besos encendidos,
¡por ellos, que no daría yo!

No digas que se agotado el amor
si en el silencio, escucho tus palabras,
aunque nunca pronunciaras una frase de perdón,
siento bandadas de aves, atravesando mi alma.

No puedes imaginar, lo bonito que es soñar,
cuando la noche te envuelve, en un mundo imposible
de increíbles fantasías y la magia me levanta de mi lecho
para encontrarme contigo y  escuchar nuestros latidos.
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viernes, 22 de noviembre de 2019

Ella era, ¡bellísima!

Ella era, ¡bellísima!
Acuérdate de olvidarte,
de aquellos campos de trigo,
que regaban las mañanas,
las de nuestro amor furtivo.

Aún recuerdo como era,
ella era, ¡bellísima!
era el canto del viento,
la brisa de la mañana

Era azulada armonía,
como el arrullo del agua,
era amor y era dulzura,
que me enciende y que me abrasa.

Ella era, un soplo de Dios,
para vivirla y amarla,
alborotando el silencio,
que encadenan nuestras almas.

Ella era, pura fantasía,
que la mente recreaba,
pues se llevaba mi esencia
al crepúsculo del alba.
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martes, 19 de noviembre de 2019

El corazón del otoño

El corazón del otoño
Aquel otoño amaneció radiante,
el aire había disipado las nubes,
y los ecos de la tormenta,
se empapaban del paisaje.

El aroma de la tierra me lleva a sentir,
el corazón del otoño, místico y sensual,
a veces los hilos del silencio,
me elevan al cielo, dejándome tocar su belleza.

A mis pies las hojas muertas,
bailan a golpe de viento,
se juntan con las tinieblas,
que pueblan el firmamento.

¡Ay!, qué pena de criatura,
con el velo en el altar.
vaga por cielos y suelos
su naciente sensualidad,

Nunca miraron sus hojas,
cuando germinó la flor,
nunca besaron su cáliz,
cuando floreció el amor.

Palidece el otoño,
encerrado en su silencio,
y en honda calma se inclina,
como un corazón muerto.
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viernes, 15 de noviembre de 2019

El caballo blanco. (La heroína)

El caballo blanco.
(La heroína)
Cuando montas al caballo,
se desbocan los sentidos
vuelan amapolas blancas,
al paraíso perdido.

Allí el sol no tiene ojos,
tu luz no tiene sonido,
mariposas en silencio,
vuelan buscando su nido.

Enganchado al caballo,
por las calles del olvido
sobre su desnuda grupa,
sueñan los ojos perdidos.

Suspirando sin encontrar la salida,
en el umbral de la noche,
entre espasmos de vida,
el más atroz de los coces.

Atrapado en la penumbra
de su angustiosa mirada,
su indescifrable expresión,
se va perdiendo en la nada.
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martes, 12 de noviembre de 2019

Una muerte anunciada

Una muerte anunciada
Por una vez habla sin ceremonia,
habla  de su persona, de sus convicciones,
de cuando la dicha inundaba todos los rincones de su ser.
La brújula de la nostalgia anunciaba temperaturas bajas,
fue el momento del cambio y no supo leerlo.
(El oráculo le había pronosticado un futuro incierto),
pero él creía que le bastaría con sus palabras para iluminar a los suyos,
el impacto político de sus decisiones era como una bomba de otoño,
que lo iba a deshojar tras un borrón total en su memoria.
No supo manejar el éxito inicial y propagó la frustración sobre los suyos.
Por un segundo un pequeño tiemblo de sorpresa, y el frío se convirtió en escarcha, se está yendo, se está diluyendo…
La llama que iluminó su sueño vuela agonizante a la penumbra del recinto,
después las pavesas se izaron al aire, amarilleando los silencios.
Autor: Nico Pozón Requejo

sábado, 9 de noviembre de 2019

El silencio te delata

El silencio te delata
Un misterio que uno advierte
en esos ojos de luz que dan fuerza a las palabras,
cuando se escucha el silencio,
y el corazón en versos habla.

Sin tocarte yo te siento,
tu belleza arrebata,
cuando la brisa se mueve,
se percibe tu fragancia.

De tu alma los pecados,
en vano ocultarlos tratas,
bajo el temblor de los celos,
el silencio te delata.

Resbala el desnudo anhelo,
gasas, encajes y velo,
¡oh princesa temeraria!
del paraíso al infierno la frontera es muy delgada.

Flotaban en pleno espacio,
los suspiros y palabras,
mientras en tu lecho nupcial,
la traición se consumaba.
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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Acaso no ves...

Acaso no ves…
Acaso no ves, que con mis labios,
sedientos de placer,
recorro los surcos de tu piel,
y aún me parece ver, aquella hermosa mujer.

Esa quietud de mis ojos
donde se pierde el silencio
cuando los años se ausentan,
con lágrimas de destierro.

Duerme mi alma cansada,
bajo la colcha de acero,
cuando te evoco mi amada,
se abren las puertas del cielo.

Acaso no ves,
que has olvidado que existo,
¿dónde está tu cuerpo ahora?,
-a perderte me resisto-

Cuando juntamos las manos,
en oro el verso brilla,
vuelve el alba y el ocaso
con sus rosas amarillas.
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sábado, 2 de noviembre de 2019

Noche endemoniada

Noche endemoniada
Hay mentes que te desnudan,
te manchan con sus palabras,
sus ojos siempre al acecho,

para alertar a la mirada,
a espera de una gacela,
en la noche endemoniada.

Las sombras tienen sus formas,
cuando van en retirada,
son como lobos hambrientos,
con tenebrosa mirada.

Persiguen a una adolescente,
como lobos en manadas,
y sorprenden a la víctima,
como a un ángel sin alas.

Raptan para sus placeres,
sacan demonios del alma,
con tormentosa pasión,
anidan en sus entrañas.

Sé que ayer pasó,
como muchos otros días
luego huyeron,
dejándola, moribunda, angustiada…
con el alma en carne viva.
y hasta su voz, era pálida.

¿Después qué?
saltarán a la fama,
a rebufo de esta “hazaña”
se sentirán orgullosos y triunfantes,
y lejos de arrepentirse.
Autor: Nico Pozón Requejo  31.10.2019