El edén perdido
La
noche cuelga del balcón de la luna
brilla
su legión de estrellas,
lucen
seductoras como sensuales doncellas,
con
su excitantes aromas en el mar de la fortuna
De
cuando en cuando caen las horas,
como
dátiles, maduras,
mariposas
que la vida devora,
sedientas
de esperanzas y ternuras,
Morir
por cada sueño,
inundando
el vacío,
con
sonatas de ensueños,
asfixiados,
desembocan los ríos.
Con
el corazón lleno de nada,
para
llevarte he venido.
con
el alma agitada,
porque
sin ti me he perdido.
Detrás
del horizonte donde se acopla la noche al día,
está
el edén perdido,
una
convulsa topografía,
donde
se esconde el gozo de los sentidos
Revolotea
la noche con su flamante figura,
y
hasta el cosmos se levanta
en
las celestes alturas,
cuando
el buitre y la paloma se entrelazan.
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16/2018/1470
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Encontrar el laberinto que nos lleve al edén es como encontrar un alma solitaria de piedad llena y nos abra las puertas del cielo.
ResponderEliminarFelicidades
Marilú
Cada uno de tus versos va dejando pistas para encontrar el edén perdido. El mundo está ansioso por encontrarlo.
ResponderEliminarEnhorabuena y un fuerte abrazo