Dibujo de Rafael Pérez
Por
el cenit de la sabiduría,
avanza
la risueña sombra,
de
mirada fría,
tenebrosa
alfombra.
A
los pies de la demencia,
el
tiempo carcome la razón,
se
abre la luz de la conciencia,
al
ocupa transgresor.
El
crepúsculo y sus líneas rojas,
la
fuente de la ceguera,
cae
el otoño llanto de hojas,
oscuro
invierno es la primavera.
Afán
por encontrar al eslabón perdido,
el
flechazo que une los instintos al corazón,
aquellos
versos despavoridos,
que
lloran y ríen en sorda evocación.
La
clara luz de la mañana,
por
disfrutarla ¡qué no daría!
viejo
afligido de blancas canas,
estulto
compañero de las porfías.
¿Porque
aquel hombre nunca reía?
era
gracioso o lo parecía,
temblando
está la mano mía
-es
tan difícil hacer poesía-
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16/2018/1470
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Pasa el tiempo y la memoria la va ocupando una tenebrosa sombra fría y oscura, pero los recuerdos permanecen intactos, son como voces nostálgicas con ecos ensordecedores del paso de la vida.
ResponderEliminarMe gustó leerte
Un abrazo
El cenit de la sabiduría trae consigo los recuerdos que nos dicen tantas cosas y que olvido de tanto recordarlas.
ResponderEliminarFelicidades y un abrazo enorme
Tus versos son dignos de ser compartidos para que todos podamos disfrutar de ellos, porque son una delicia, ese dejo de nostalgia te deja las manos temblando.
ResponderEliminarLa verdad es que me encantan.
Te felicito
MARILÚ