| Dibujo de Rafael Pérez Jiménez
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Pequeños
momentos A pesar de los
esfuerzos por cerrarle las ventanas al tiempo, el impalpable viento te deshoja
y hace que uno se sienta árbol. Un cuerpo leñoso
donde apenas circula la savia, los tristes huesos amarillean y los sueños
atrapados en los recuerdos, hablan, y nos muestran lo que es la vida. Somos el producto
de la suma de todos los pequeños instantes, esos que nos ayudan a recordar
nuestro pasado. Se mira al futuro
pero no se disfruta el presente, hay que vivir el ahora, justo en el momento en que se te ofrece la oportunidad,
no confíes en el mañana. El tiempo se
escurre entre nuestros silencios, hay que desatar las palabras para satisfacer
los deseos, busquemos los pequeños momentos de gozo para alimentar nuestra
pasión, esos pequeños placeres que dan sentido a la vida, envueltos en la
humedad de un nuevo amanecer. Despierto, es la
hora de un nuevo comienzo, no hay tiempo para el cansancio, conforme avanzo, el
camino a mi espalda queda integrado en un todo, que solo existe en mi o en ti,
la vida sigue hacia delante, me toma de la mano y me ayuda a levantar, una y
otra vez cuando me caigo, me invita a acometer nuevos desafíos para evitar
riesgos, espejismos de dudas, preocupaciones, que en la mayoría de los casos no
tienen sentido, ni tan siquiera suceden. Al final lo único
que vas a recordar son los buenos momentos, los malos maduran y al llegar el otoño caen y son
arrastrado por el viento, ese viento que nos lleva. Copyright
© RTPI – 16/2022/3061 |
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