Esclavo del desierto El mundo está desierto en todas sus inmensidades, bajo su piel, el mar en su ocaso de fuego, se consume hasta agotarse, inmensas playas de arenas, ensanchan sus
trazos, convirtiéndolo todo en polvo de historia. Dejarse llevar por la ansiedad hacia el horizonte de piel luminosa, no es aconsejable para el caminante, esos aguaceros invisibles de arena blanca, son espejismos que reverberan en la mente
proscrita del beduino errante. - un esclavo del desierto- Su corazón nómada, esconde su sed, en la sofocante penumbra de la noche, sus pies se hunde en la arena, mientras su cuerpo, oculta un alma exhausta. Su sombra alargada reclina la cabeza, arrodillada sobre el arenal y a cielo abierto,
suplica: ¡Tengo sed! ya me bebí mis lágrimas… Entonces una nube pasó y descargó, una tormenta de caricias. Aquella noche, lo besó la luna, extraña su lengua de diosa eterna, dijo te amo, y en sus labios reseco, el desierto comenzó a florecer… Si las palabras supieran, decir lo que dice el
viento, buscaría en la memoria, la llave que abre los
sueños, errantes, navegando por mil cuentos, ahora un puñado de arena quemó su brillante
anhelo. |
Me encantaron tus letras amigo. Un poema bello y sugerente con versos de brillante inspiración.
ResponderEliminarUn cálido abrazo
El esclavo del desierto, una poesía romántica muy bella, tiene algo que me atrapa y me llena de gozo.
ResponderEliminarMi enhorabuena y un abrazo
Cuanta belleza hay en tu desierto que mil ilusiones produce y nos confunde con sus dunas y espejismos y nos eclaviza tu sed.
ResponderEliminarMi felicitación y un abrazo