Al son de su voz que
acaricia mis oídos, me
hace bailar a su son, y
bailar nunca he sabido.
Una
extraña emoción iba
mezclando su son, con
latidos confundidos, en
la noche tan callada olvidarla
no consigo.
Me
he dejado llevar, y
su voz me ha seducido, suspira
mi corazón, sin
haberla conocido.
Cómo
la puedo querer, si
el amor no ha florecido, no
tiene razón de ser, que
su voz sean mis gemidos.
Yo
me pregunto: ¿Quién
es ella y quien soy yo? ¿por
qué a mi mente se asoma? luego,
despacio, emerge, y
es dueña de mi persona.
Son
las notas de mi voz, un
amargo desconsuelo, con
un triste soniquete, que
dice: Por ella muero.
Estoy
soñando, y
mi corazón temblando, mientras
cual saeta de encanto, a
mi pensamiento vuela, tengo
que rehuir de mí para
afirmar que soy yo, el
que a mi alma desvela. |
Precioso poema. A veces la imaginación confunde y seduce al corazón y su voz le enamora y le aflige.
ResponderEliminarTe felicito por este regalo que son tus versos
El son de su voz, es un poema armonioso, encantador, las delicias de un soñador.
ResponderEliminarUn abrazo
Amo a la voz que implora clemencia, que contagia, que abriga tormentas…
ResponderEliminarUn fuerte abrazo