Montar en cólera
Monta en cólera,
el caballito de mar,
cuando lo azota el viento
y el tremendo temporal.
Un día perdió sus alas,
y sus ganas de volar,
las caracolas le animan
a que vuelva a relinchar.
Hubo un tiempo,
en que arrastraba sus pies
y con enorme interés
conseguía hasta bailar.
Una vez llegó a volar,
que ilusión,
el que no tienes alas,
tiene imaginación.
Así el caballito de mar
consiguió la libertad,
y en su lecho de corales,
comenzó el ritual.
Danzaban y danzaban,
con sus colas enroscadas,
los corceles galopaban,
el romance y la unión.
Y sus cascos retumbaban,
con chasquidos de pasión,
y en sus ojos se veían nubes de encanto,
cambiando de color.
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El poema es precioso y tus románticas letras, llenas de imaginación y encanto.
ResponderEliminarUn abrazo
Bellísimo!!! Para mi la esencia de poema es el ritual, el romance que encierra, lleno de pasión y delicadeza.
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo
Estoy de acuerdo con Luca48, me gusta el poema, al leerlo te hace bailar en tu imaginación al ritmo que te marcan de los caballitos. Son seres diminutos pero grandes en belleza, por eso se adaptan en un romance del cortejo.
ResponderEliminarUn abrazo Nico.