Invisible bicho que nos condena,
con fuego helado que no se siente,
aroma de pólvora en nuestras venas,
cobarde ser, con nombre convincente,
Espectral mundo, en celdas de colmenas,
sin duda inolvidable, el dos mil veinte,
primavera sin rosas ni azucenas,
con aves que no trinan, un mal presente.
Nada somos más allá de la tierra,
tras la fatídica angustia de vivir,
sin las gentes con sabor al pasado,
Volverán con sus alas de luz eterna,
libres para con nosotros compartir,
alboradas de amor a nuestro lado.
Autor Nico Pozón Requejo
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Un soneto muy convincente.
ResponderEliminarTe felicito