La contaminación
Desde
la distancia,
una
inmensa boina
cubre
el firmamento.
Aquí
no hay estrellas
de
allí huye el viento,
y
en sus ojos turbios,
se
extiende el desierto.
Respira
mi niña,
lucero
del cielo,
sin
luz estoy triste,
mi
destino es negro.
Puertas
y ventanas,
cerradas
al silencio,
la
luna ilumina,
la
mitad del cielo.
La
otra mitad,
son
ruidos sin ecos,
parpados
con sombras,
con
los iris ciegos.
Qué
infausto es el mundo,
en
constantes duelos,
fuentes
de la vida,
cascadas
de fuego.
Copyright © RTPI 16/2019/1187
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Tu poema es un ejemplo a seguir, nuestro planeta nos necesita a todos y está agonizando, tomemos conciencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Una poesía más oportuna imposible, con un gran contenido…, falta conciencia colectiva, el daño que le estamos haciendo al planeta lo pagaremos con creces.
ResponderEliminarTe felicito y un fuerte abrazo
Somos tan insensatos y tan egoístas que estamos destruyendo nuestro mundo y nos importa un carajo.
ResponderEliminarComo siempre das en el clavo
Un abrazo grande