Infiel por amor
En Diana encontré a la mujer ideal, una mujer de
ensueño, lo es todo para mí, desde que nos casamos hace ahora dos años, ella es
mi fuente de inspiración, no hay otro ser en este mundo más enamorado que yo,
cada día le demuestro el amor que la profeso, -moriría por complacerla- no era solo su cuerpo lo que me atraía,
era ella misma, era todo su ser.
Ese amor también atraía la magia del viento que
entra por la ventana, digo esto porque nunca podré entender lo que pasó.
Tenemos unos buenos amigos con los que mantenemos
una estrecha relación, incluso nos contamos intimidades, expresándonos
emociones y sentimientos, es una amistad maravillosa.
Un día volví del trabajo a mitad de mañana y me
chocó que a la puerta de mi casa, (un chalet en la montaña), estuviese el coche
de mi amigo Alex, me dije a mi mismo no pienses mal, y a continuación entré en
mi casa sin hacer ruido, la escena que contemplé era inimaginable para mí,
sorprendí a los dos yaciendo desnudos en la alfombra de mi dormitorio, mientras
gemían de placer, abrazándose y besándose, nunca olvidaré esas imágenes de
traición.
Una sombra de dolor recorrió todo mi cuerpo, era
como una confabulación para hacerme caer en las redes del martirio, a
continuación me dije “no me lo merezco”
y caí derrumbado al suelo sintiéndome morir de rabia, dolor y humillación.
Entonces escuché a Alex…, tantas alabanzas me
hiciste de ella, (de que tenías una diosa por mujer), y la amistad creciente
entre nosotros, me llevó a desearla antes de conocerla, después todo vino
rodado.
Recuerdo el día que me la presentaste, quedé
sorprendido por su belleza, era la criatura más perfecta y maravillosa que he
conocido, como ella no existe otro ser.
Desde ese día anhelaba seducirla, era el amor
deseado, el fuego que ando buscando.
Cuando le daba la mano notaba los temblores de su
cuerpo y el mío.
Su sonrisa tentadora era como una emoción divina
que me decía soy fruta prohibida pero si me seduces comerás de ella.
Y así sucedió, un día me inventé una excusa para
verla, hablamos y me insinué y ella se
mostró receptiva y me contó que la relación contigo era solo buena a secas,
deduje que le faltaba sexo y no estaba equivocado del todo, desde entonces
hacemos el amor sin parar, Diana quiere quedar embarazada.
Entonces Diana dirigiéndose a Andrés le dijo,
siento que vieras la escena pero todo lo hago por ti, por nuestro amor, tú
quieres tener hijos a toda costa, pero
tú sabes que somos incompatibles para tenerlos, así que elegí a Alex, él se
insinuó y yo le dejé hacer y desde entonces me siento como una diosa afortunada
por dos amores.
Hoy es un día maravilloso, me han confirmado que
estoy embarazada, así que vamos a ser padres, los tres pusieron cara de
felicidad y se abrazaron.
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Un relato con un final feliz, pero antes decirte que tus letras están llenas de un intenso erotismo, una pasión complicada pero al parecer deseada.
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo
Una historia muy apasionada, un plan amoroso muy bien armado con el objetivo de lograr que los protagonistas disfruten del amor para conseguir algo que anhelan.
ResponderEliminarUn placer leerte
Marilú
Un amor febril . erótico pasional, que explota con su vibrar.
ResponderEliminarMe gustó el relato.