La magia del iceberg 
Noche atroz, el mar hervía de calor, 
una estrella fugaz cayó, 
y atravesó al iceberg 
hiriéndolo de muerte. 
  
Qué pena no haber pedido un deseo, 
consternado estoy…, 
ante la mirada atónita de la luna llena, 
el témpano blanco comenzó a derretirse. 
  
Naufraga el iceberg, 
como un latido sin corazón, 
fue el blanco del dolor, 
llenaron sus pulmones de silencio. 
  
Entonces fue cuando pude ver su magia, 
el deseo que nunca pedí, 
un apacible viento 
me conduce al pasado. 
  
A los años venerados 
no es un espejismo, 
en mi memoria renace el afán por vivir 
se palpa el amor. 
  
Un río dorado flotando risueño, 
aguas abajo el tiempo regresa, 
tu imagen crece y crece… 
y al fluir se desvanece. 
  
Escucho tu voz, que escapa y vuelve, 
mi corazón late sediento, 
tu llama en el mar se pierde 
con sinuosos movimientos. 
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16/2018/1470 
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Hay estrellas mágicas, fugaces de las que somos el blanco de los deseos.
ResponderEliminarFelicidades
Para mí es un placer adentrarme en tu espacio, te sigo siempre y lo seguiré haciendo por que tus versos me llenan.
ResponderEliminarUn abrazo