La línea del
encanto
Nací sin estructura,
parece poco para un
bebé,
sin embargo obedecí
sin rechistar,
guardaba mi dolor como
un tesoro.
El pulso me subía
azotando mí cuerpo,
en mi memoria el
frágil horizonte,
marcaba el paso al
hombre joven.
Hasta la línea del
encanto,
donde una mirada
ávida,
te socava y te entrega
a otros alientos.
Sin temer al vértigo,
de perderme en su
cuerpo húmedo,
la eterna sed, me
lleva a ella,
¡un regalo inmenso!
Aquellas cumbres
desafiantes,
al deseo del
alpinista,
coronadas con aureolas
gloriosas,
donde el amor amanece.
El ansia sin límites,
hundieron mis sueños
una y mil veces,
en el oasis de su
vientre
donde crecen las altas
palmeras.
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16/2018/1470
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Un poema maravilloso, tus versos son instantáneas que ilustran cada etapa de la vida.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo
Unos versos preciosos, sensuales y de mucho calado:
ResponderEliminarSin temer al vértigo,
de perderme en su cuerpo húmedo,
la eterna sed, me lleva a ella,
¡un regalo inmenso!
Aquellas cumbres desafiantes,
al deseo del alpinista,
coronadas con aureolas gloriosas,
donde el amor amanece.
Felicidades y un abrazo inmenso
MARILÚ
Desde que nacemos soñamos con el amor y como un ciclista vamos de etapa en etapa hasta que alcanzamos las gloriosas cumbres que nos hacen feliz. Feliz fin de semana
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