Aquella
noche mi mente alcanzó el cielo,
desde
el alto firmamento,
divisaba
su aposento,
y
vi como mi alma se impregnaba de su dulce caramelo.
Mientras
el mundo se agita
porque
nace y resucita,
a
su infinita mirada,
era
mujer deseada.
A
mí ya nada me importa,
que
mi vida fuera corta,
cuando
se trata de amar
hay
que recibir y dar
Su
imagen la llevo en mi pensamiento,
cuán
grande es mi fantasía,
latente
tentación alumbra mis adentros.
con
lúbrico embeleso, ingrata vida mía.
Cuando
su alma adorada quedó a mi sombra abrazada,
entre
destellos, retazos de presencia interrumpida,
aprisionan
a mi conciencia desalmada,
al
borde de la nada y de la vida.
Rodé
sin rodar de las cimas de sus relieves,
dejando
testimonio del amor, cayó la nieve,
somos
polvo de estrellas, escarcha y hielo
somos
aves mundanas sin plan de vuelo.
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16/2018/1470
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Un poema formidable, mientras el mundo se agita, los sueños construyen fantasias y el amor navega y florece la ilusión y se llena de matices el cielo.
ResponderEliminarBesos
Un poema muy hermoso de una mente privilegiada como la tuya que logra trasmitir todo aquello que pasa por tu imaginación, un fluido de sentimientos que viven dentro de ti.
ResponderEliminarMi más sincera felicitación